“La población se muestra significativamente preocupada y es claramente partidaria de que las administraciones públicas adopten medidas para garantizar la calidad de vida de las personas mayores que viven solas tanto en el ámbito urbano como en el rural”, remarca el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).

En España, se están llevando adelante diferentes acciones contra la soledad no deseada de las personas mayores y el IMSERSO tiene un rol decisivo en su desarrollo. Según datos del último Informe sobre las Personas Mayores en España, el 22.37% de las personas mayores reside hogares unipersonales, en general, como consecuencia de la viudez y de la permanencia en el domicilio propio. De continuar estas tendencias, el Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que en 2033 habrá más de seis millones de personas viviendo solas.

Al respecto, la población se muestra significativamente preocupada y es claramente partidaria de que las administraciones públicas adopten medidas para garantizar la calidad de vida de las personas mayores que viven solas tanto en el ámbito urbano como en el rural. Según los datos recogidos en los sucesivos Barómetros realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la ciudadanía encuestada considera que las personas mayores que viven solas integran un colectivo que debería estar mejor protegido.

Sin embargo, está preocupación no ha logrado movilizar de manera suficiente a las instituciones sobre este gran problema que condena a muchas personas al olvido, a la enfermedad e, incluso, a la muerte prematura. Para luchar contra la soledad no deseada, la construcción e interrelación de redes de apoyo son esenciales para romper con las barreras de aislamiento de muchas personas mayores, fundamentalmente mujeres y, en especial, de quienes viven en entornos rurales, ya que no cuentan con un despliegue e intensidad de servicios de atención como el que existe en las ciudades.

Por ello, las administraciones públicas, en estrecha colaboración y articulación con las organizaciones de la sociedad civil, deben facilitar al máximo las iniciativas a favor del aumento de las oportunidades para mantener el contacto social de las personas mayores durante el mayor tiempo posible, los vínculos y relaciones. Asimismo, sería importante integrar estas iniciativas de modo que los grupos implicados puedan intercambiar sus experiencias.

Lo cierto es que el abordaje sobre la soledad no deseada ha tomado mayor envergadura en el contexto actual, marcado por la crisis derivada del Covid-19. Así, muchas situaciones se han visto agravadas, a consecuencia de las medidas de naturaleza extraordinaria que se han debido adoptar (restricciones en la movilidad de las personas, confinamiento), y han necesitado de respuestas inmediatas por parte tanto de las administraciones públicas como de la sociedad civil.

En España, el 22.37% de las personas mayores reside hogares unipersonales  | Fuente: Tiburi

Actuaciones frente a la soledad no deseada en España

Tanto a nivel nacional, como de comunidad autónoma y local, el IMSERSO ha venido trabajando en la lucha contra la soledad mediante diferentes iniciativas, planes y orientaciones que la posicionan como líder y referente en el sector de los servicios sociales y las personas mayores. Así, por ejemplo, en el año 2004 el Premio IMSERSO recayó sobre un estudio realizado por Juan López Doblas, titulado «Personas mayores viviendo solas. La autonomía como valor en alza». En el año 2010, se desarrolló el proyecto «Cerca de Ti», destinado a conocer las posibilidades que podía ofrecer el acompañamiento a personas mayores que se sienten solas, a través de redes de voluntariado apoyadas con nuevas tecnologías para contribuir a romper su aislamiento.

Entre otros estudios y documentos realizados por el IMSERSO se destacan:

  • El Plan Gerontológico Nacional de 1991 consensuado con las Comunidades Autónomas en distintos puntos de las áreas de Salud y Atención Sanitaria, Servicios Sociales, Cultura, Ocio y Participación. El Plan incorpora en estas áreas objetivos cuya consecución supondría un enorme avance en la lucha contra la soledad de las personas mayores.
  • El Libro Blanco sobre el Envejecimiento Activo publicado en 2011, cuyo capítulo dedicado a las Formas de vida y Convivencia de las Personas Mayores contiene conclusiones y recomendaciones sobre la calidad de vida y participación social de las personas mayores solas.
  • El Marco de Actuación para las Personas Mayores que recoge para España, el contenido de las Orientaciones de la Unión Europea, en la que se insta a los Estados miembros a que sigan las Orientaciones que han de guiar el envejecimiento activo y la solidaridad entre las generaciones.
  • El proyecto de “Estrategia de Personas Mayores para un envejecimiento activo y para su buen trato. 2018-2021” aprobado en noviembre de 2017 por el Consejo Estatal de Personas Mayores y pendiente de aprobación definitiva.

A través de distintas publicaciones y trabajos, el IMSERSO pone de manifiesto la importancia de identificar los retos del envejecimiento y de sistematizar las distintas experiencias de lucha contra la soledad no deseada de las personas mayores.

Asimismo, las comunidades autónomas y, sobre todo, los ayuntamientos tienen desplegadas, no sólo estrategias sino también distintas actuaciones concretas de lucha contra la soledad no deseada de las personas mayores, aportando entre otros, servicios de ayuda a domicilio o teleasistencia a personas mayores y dependientes. Sin embargo, en general, se tratan de atenciones de emergencia e insuficientes en la mayoría de los casos, que han resuelto muchas situaciones individuales de soledad, pero que no responden a un enfoque global del problema.

Por su parte, la sociedad civil, a través de empresas, organizaciones, fundaciones, entre otras, en colaboración con las administraciones públicas o de forma autónoma, están llevando a cabo múltiples propuestas en la materia, fomentando el voluntariado y el apoyo vecinal, de manera presencial y mediante líneas de teléfonos de emergencia para atender a las personas solas. En general, son experiencias positivas, pero aún escasas y poco evaluadas.

Si bien existen muchas iniciativas al respecto, es necesaria una mayor implicación, organizativa y presupuestaria, desde el ámbito público para la financiación e implementación de programas amplios de seguimiento, control y apoyo a las personas mayores que quedan en situación de soledad en edades avanzadas, en estrecha colaboración con las ONG y el sector empresarial de atención social y sanitaria.

El IMSERSO tiene como uno de sus principales objetivos la atención prioritaria de las personas mayores | Fuente: IMSERSO

Estrategia Nacional contra la Soledad No Deseada en las Personas Mayores

Con estos antecedentes y una cartografía de la realidad construida con carácter multidisciplinar, -desde la más amplia consulta a las distintas administraciones y organismos públicos, organizaciones de mayores, sociedades científicas, fundaciones y asociaciones, organizaciones sin ánimo de lucro así como agentes sociales, entre otros-, el Ministerio de Políticas Sociales y Agenda 2030, a través del IMSERSO, viene trabajando en la elaboración de una Estrategia Nacional contra la Soledad No Deseada en las Personas Mayores, que tendrá un horizonte temporal que se extenderá a corto, medio y largo plazo, y contemplará tres tipos de medidas y previsiones temporales:

  • Situación y medidas a tomar de forma inmediata en favor de las personas solas en la actualidad.
  • Previsiones y medidas a corto plazo para ayudar a las personas que hoy tienen entre 60 y 65 años para que lleguen a la edad de jubilación más preparadas contra la soledad.
  • Proyecciones y planes orientados a prevenir la repercusión que puede tener el gran aumento de personas que pueden sufrir soledad no deseada en los próximos 10-15 años.

La Estrategia contemplará los siguientes objetivos, entre otros:

  • Sensibilizar, concienciar e implicar a toda la población y a las organizaciones de la sociedad civil, sobre la responsabilidad de participar en la construcción de una sociedad cohesionada, que no abandona a ninguno de sus miembros.
  • Desarrollar la sociabilidad de las personas mayores fomentando, a través de la familia, de los servicios sociales y del voluntariado, las relaciones interpersonales.
  • Concentrar, de modo prioritario, los programas en las personas mayores con discapacidad, o en situación de dependencia que se ven obligadas a vivir en soledad y sienten más esta situación.
  • Promover investigaciones y recopilar datos actualizados a través de convenios con Universidades y Centros de Investigación para hacer visible el alcance y características del problema de la soledad en personas mayores.
  • Promover la creación de un Fondo de Innovación, sostenido conjuntamente con empresas y fundaciones, que dote de recursos para investigar los medios más eficientes que necesita cada comunidad para ayudar a las personas a conectarse y establecer vínculos entre sus miembros y desarrollar las herramientas, incluidas las tecnológicas como navegadores y aplicaciones de teléfonos móviles, que faciliten el contacto en el entorno social, que ayuden a los individuos a vencer las barreras del aislamiento.
  • Ofrecer y promover programas de formación de formadores para profesionales que trabajan con personas mayores, así como la elaboración de guías y recomendaciones destinadas a ayudar a las personas que se sienten solas.
  • Promover programas de formación, apoyo y respiro, hacia las familias.
  • Mejorar la tasa de actividad de las personas mayores en los distintos dispositivos existentes en su entorno tales como centros de mayores, lúdicos y deportivos.
  • Realizar Campañas de Sensibilización.

En suma, la lucha contra la soledad no deseada debe ser un objetivo estratégico que los gobiernos deberán incluir en su agenda política, dado el acelerado envejecimiento de la población y los cambios en los hábitos sociales que se avecinan como consecuencia, también, de la pandemia derivada del COVID-19.

*Nota publicada en el Boletín 21, «La soledad en las personas adultas mayores» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.