IMSERSO, director Barriga.

Luis Alberto Barriga Martín, Director General del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), define al Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores (PICSPAM) como un espacio de reflexión conjunta para mejorar los sistemas de protección destinados a las personas mayores de la región y remarca que “las administraciones públicas tenemos la responsabilidad de garantizar que se haga bajo criterios de calidad y respeto a la autodeterminación que son irrenunciables”.

Pregunta. España ha sido miembro de este Programa de Cooperación desde su inicio, ¿cómo valora la dinámica de trabajo con los países que integran el PICSPAM al cabo de estos primeros 10 años?

Respuesta. Para España, la cooperación con los países de Iberoamérica ha sido desde hace décadas una línea muy importante en la acción internacional. También hay otros foros y núcleos que para nosotros/as son igualmente de primordial importancia como Naciones Unidas y, obviamente, estamos en contacto y colaboración permanente con la Unión Europea con quien tenemos numerosas líneas de acción abiertas en la actualidad.

En este momento, el PICSPAM es una de las vías más importantes para el IMSERSO que se suma a las tareas que realizamos desde hace años junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID).

Considero que la dinámica de trabajo con los países que integran el PICSPAM es muy positiva, ya que ofrece un espacio para la reflexión conjunta acerca del enfoque y la configuración necesaria de los sistemas de protección para brindar la mejor atención a las personas mayores de la región. 

Tenemos frente a nosotros/as un gran reto, ya que nuestras sociedades están envejeciendo. El aumento de la longevidad es un gran éxito y en España estamos entre los primeros países del mundo en esperanza de vida, unido a una baja tasa de natalidad, lo cual hace que en la distribución poblacional haya cada vez mayores porcentajes de personas de edad avanzada. Las previsiones estiman que para 2030 habrá aproximadamente un 24% de personas de 65 años y más, y ese porcentaje podría alcanzar un 33% en 2050. Claro que esto tiene muchas implicaciones sociales, económicas, laborales para la actividad empresarial y también para los servicios sociales, ya que en los próximos años el número de personas que requerirán cuidados va a aumentar de forma notable.

Por lo tanto, es preciso adaptar los sistemas de protección social al número y necesidades de las personas mayores, impulsando la colaboración y la cohesión social y mejorando nuestros sistemas de atención a la dependencia y promoción de la autonomía. Las administraciones públicas tenemos la responsabilidad de garantizar que se haga bajo unos criterios de calidad y respeto a la autodeterminación que son irrenunciables.

Pregunta. Al respecto, ¿cuáles son los desafíos más importantes a los que se enfrentan las instituciones que, como IMSERSO, trabajan para aumentar la protección a las personas en situación de dependencia y el desarrollo de políticas y programas en relación con el envejecimiento activo de la población?

Respuesta. Debemos tener muy presente que el  perfil de las personas mayores ha cambiado a lo largo de los últimos años y seguirá cambiando. Trabajamos para un envejecimiento activo y saludable y para fomentar la plena participación de las personas mayores en la sociedad. Esa participación tiene que estar basada siempre en la posibilidad real de ejercer todos los derechos sociales, económicos, políticos y culturales con independencia de la edad de las personas. Se trata de romper esa barrera que supone la jubilación o cumplir determinada edad. Se trata de ofrecer espacios de salud, seguridad y participación, de crear entornos físicos y sociales amigables con las personas mayores, de ser parte integrante de la ciudadanía.

El reto de las instituciones es conseguir que esto sea una realidad para todas las personas. Debemos proporcionar servicios y hacerlo con la mayor calidad posible y bajo un modelo, como comentaba anteriormente, que proteja y potencie el derecho a la autodeterminación y que cada persona pueda tomar sus propias decisiones.

Y sin duda, otro desafío, dada la longevidad y el envejecimiento de las sociedades, es hacerlo de forma sostenible desde el punto de vista económico, social y laboral. Dado que en los próximos años va a haber una gran demanda de profesionales de los cuidados, es preciso prestigiar el sector y mejorar sus condiciones laborales. Será un gran nicho de creación de trabajo y de riqueza, ya que el sector va a necesitar una importante expansión en términos numéricos pero esto debe ir necesariamente acompañado de una mejora en la calidad y la profesionalización. 

Pregunta. Teniendo en cuenta que el trabajo vinculado a los servicios sociales y en particular con las personas mayores está directamente vinculado con estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿De qué manera el PICSPAM puede apoyar el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030?

Respuesta. En los servicios sociales trabajamos de forma permanente con un criterio de búsqueda de la equidad y reducción de las desigualdades, en particular por motivos de género, pero también por motivos económicos, educativos o de cualquier otro tipo para lograr un envejecimiento saludable. 

Cada uno de los países del programa estamos en un punto diferente del proceso de diseño y despliegue de políticas y sistemas de protección para las personas mayores. Por ello, es fundamental que el PICSPAM fortalezca los espacios compartidos para ampliar las instancias de reflexión, aprendizaje y beneficio mutuo. 

“ES FUNDAMENTAL QUE EL PICSPAM FORTALEZCA LOS ESPACIOS COMPARTIDOS PARA AMPLIAR LAS INSTANCIAS DE REFLEXIÓN, APRENDIZAJE Y BENEFICIO MUTUO”.

Por un lado, para apoyar el cumplimiento de los ODS, debemos reforzar la sensibilización social desde una perspectiva de género y de continuidad vital. Las entidades que trabajamos con y para las personas mayores tenemos un compromiso para lograr que todas las personas puedan envejecer de forma saludable y con calidad de vida en sociedades inclusivas. Uno de los factores asociados a la discriminación por razones de edad presente en nuestra sociedad es precisamente la exclusión en la toma de decisiones importantes sobre los aspectos que afectan directamente a las personas mayores. Si esta forma de edadismo ya existía, en los tiempos de pandemia hemos visto cómo se hizo mucho más patente.

Además, debemos trabajar para que todas las personas que lo deseen puedan permanecer en sus hogares y en sus barrios hasta el final de sus vidas, pero contando  con los apoyos necesarios. Así, los modelos de atención deben centrarse en las personas, en proteger su dignidad y sus proyectos vitales. El respeto a estos proyectos, a la autodeterminación, a los estilos de vida y a la intimidad, implica modelos más flexibles que se adapten a las personas y no al revés. Los proyectos de vida de las personas, mayoritariamente, se ubican en su entorno y la clave estará en la adaptación flexible de servicios y apoyos para mejorar su salud y bienestar. Caminamos hacia la construcción de un modelo de cuidados de larga duración, con una Atención Centrada en la Persona, que apueste por la investigación, la innovación y la investigación y la evaluación de resultados que asegure que el conocimiento y la evidencia es el que oriente las decisiones políticas para hacer cada vez mejores políticas y servicios.

En todo este marco, es preciso no sólo cuidar de las personas mayores para que puedan seguir con su proyecto de vida, sino también de las familias que asumen total o parcialmente el cuidado. Esta tarea recae de forma casi exclusiva sobre las mujeres y eso no debe implicar la renuncia a sus propios proyectos vitales. Las familias son una pieza clave, pero no deberían tener que hacerse cargo del cuidado por obligación o porque no hay servicios o apoyos disponibles.

Por último, debemos asegurar también que las personas cuidadoras profesionales, que también son mayoritariamente mujeres, trabajen con calidad y no en situación precaria. Debemos prestigiar los trabajos vinculados a los cuidados. La dignificación del trabajo profesionalizado de cuidados es un reto de primerísimo orden. En servicios sociales, el mayor valor añadido lo aportan las personas, que además, según las estimaciones, van a tener que aumentar de forma muy notable en los próximos años para poder dar respuesta a todas las necesidades de cuidado. 

“DEBEMOS PRESTIGIAR LOS TRABAJOS VINCULADOS A LOS CUIDADOS. LA DIGNIFICACIÓN DEL TRABAJO PROFESIONALIZADO DE CUIDADOS ES UN RETO DE PRIMERÍSIMO ORDEN”.

Creo que el PICSPAM tiene un objetivo muy pragmático, debe asegurarse de que es útil a los países y que los países trabajamos mejor juntos que separados. Esto requiere de una reflexión para identificar cuáles son las acciones en las que este Programa de Cooperación puede tener verdaderamente un valor añadido para las personas adultas mayores de los países iberoamericanos y para las administraciones públicas responsables de estas políticas. Confío en que el proceso de trabajo que se está desarrollando actualmente para el diseño de la estrategia de los próximos años sea un avance en este sentido.

* Nota publicada en el Boletín 26«Décimo Aniversario del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores» del PICSPAM.