Hace 74 años, la Segunda Asamblea Mundial de la Salud definió la promulgación del 7 de abril como Día Mundial de la Salud y, desde entonces, elige un eje temático para invitar a la reflexión y brindar información respecto a la salud de las poblaciones, entendida como un derecho básico y universal. La fecha fue elegida en reconocimiento de la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), fundada en 1948, que en esta oportunidad advierte que «el derecho a la salud de millones de personas está cada vez más amenazado».
Todos los países, por diferentes motivos, se encuentran atravesando un período complejo que atenta contra la vida de niños, niñas, jóvenes, personas adultas y adultas mayores. Los procesos de envejecimiento están en peligro por el sufrimiento que generan las enfermedades y epidemias, las catástrofes naturales, las crisis climáticas y las guerras, enumera el organismo.
Al respecto, el Consejo de la OMS sobre Economía de la Salud remarca que «aunque al menos 140 países reconocen la salud como un derecho humano en su constitución, sólo 4 países han mencionado cómo financiarla». A partir de este dato alarmante — que requiere de una respuesta rápida y efectiva por parte de todos los actores involucrados con la salud —, la OMS propone como lema 2024: «Mi salud, mi derecho».
Desde este eje, comparte materiales de comunicación que apuntan a recordar el derecho de todas las personas, de todas las edades, en todas partes del mundo, «a tener acceso a servicios de salud, educación e información, así como a agua potable, aire limpio, buena nutrición, vivienda de calidad, condiciones ambientales y de trabajo decentes, y libertad de discriminación».
El Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores (PICSPAM) adhiere a la propuesta de la OMS y reconoce que cada 7 de abril, la fecha invita a los Estados, a las organizaciones privadas, la academia e integrantes de la sociedad civil a detenerse a pensar políticas y acciones para garantizar el derecho a la salud a lo largo de la vida, en cada rincón del mundo.
Fuente: OMS/OPS
