Autoridades ministeriales de salud de las Américas aprobaron el pasado 2 de octubre del corriente una política que busca «abordar la creciente demanda de cuidados a largo plazo en la Región, así como los desafíos relacionados con la dependencia de cuidados y sus repercusiones en las personas, los sistemas de salud y la sociedad».
“La creciente demanda de cuidados a largo plazo representa un desafío significativo para los sistemas de salud y protección social en la Región de las Américas”, dijo James Fitzgerald, director de Sistemas y Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS). “Esta política proporciona un marco estratégico para garantizar que los países estén preparados para satisfacer estas necesidades a través de servicios de cuidados a largo plazo sostenibles y equitativos”, agregó.
Según este organismo, en la Región de las Américas, como en muchas otras partes del mundo, la esperanza de vida al nacer ha registrado un aumento importante en el siglo XX. Sin embargo, no se ha logrado el mismo avance en el caso de la esperanza de vida saludable. Esto significa un aumento en el número de años vividos con discapacidad y en situación de dependencia, lo que puede requerir cuidados a largo plazo. Actualmente, «al menos 8 millones de personas mayores en América Latina y el Caribe requieren cuidados a largo plazo, y dado este continuo cambio demográfico, esta cifra podría triplicarse a 23 millones para el 2050», informó OPS.
La nueva Política sobre cuidados a largo plazo, aprobada por el 61.º Consejo Directivo de la OPS/OMS, insta a los países a invertir en un mayor acceso a los cuidados a largo plazo y a los servicios de prevención de la discapacidad a lo largo del curso de vida. En este sentido, “al priorizar la inversión en cuidados a largo plazo, la política busca reducir la dependencia de los cuidados familiares no remunerados, ampliar el acceso a servicios de cuidados formales centrados en la persona y mejorar la calidad de vida de las personas en situación de dependencia y sus familias”, dijo Fitzgerald.
La política también reconoce las importantes contribuciones de los cuidadores no remunerados, predominantemente mujeres, que proporcionan la mayoría de los cuidados a largo plazo en la Región, estableció el organismo panamericano. Se insta a un reconocimiento formal, apoyo y capacitación para estos cuidadores, así como a esfuerzos para reducir la carga de los cuidados, permitiéndoles participar más plenamente en el mercado laboral.
El documento busca fortalecer, al mismo tiempo, la capacidad de la fuerza de trabajo formal en cuidados a largo plazo. “Las personas que prestan cuidados a largo plazo de forma remunerada deben formar parte de una fuerza laboral formal y acreditada, que debe aumentar, ser sostenible y valorada, y fortalecerse por medio de la capacitación continua y el establecimiento de competencias profesionales mínimas”, agregó Fitzgerald.
Para la OPS, esta política alienta a los Estados Miembros a desarrollar mecanismos de financiamiento sostenible y promover la gobernanza intersectorial a partir de la formulación políticas nacionales de cuidados a largo plazo, fortalecer los datos y sistemas de información y asegurar que los servicios de cuidados a largo plazo sean accesibles para todas las personas, especialmente para aquellas en condiciones de vulnerabilidad.
Según fuentes oficiales, el organismo apoyará a los países en la implementación de la política a través de la cooperación técnica para fortalecer las capacidades que contribuyan al logro de sus objetivos.
Fuente: OPS