A propósito del 1° de Octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, y el diario El País publicó en su sección «América Futura» una nota firmada por Margarette May Macaulay, presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y relatora para los derechos de las personas mayores.
La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores es un tratado revolucionario único en el mundo, pero solo 11 países lo han hecho parte de su derecho nacional
Si todo sale de acuerdo con el curso de la vida, todas las personas vamos a llegar a envejecer. De hecho, cifras especializadas calculan que para el 2050 entre el 20% y el 25% de la población de las Américas y el Caribe tendrá más de 65 años. Estas predicciones generan una serie de retos para los países de esta región, pues de modo vertiginoso nuestras sociedades se transformarán.
Este 1° de octubre, día internacional de las personas mayores, corresponde reflexionar sobre cuáles son los ajustes que tenemos que hacer para vivir una vejez digna. Hay muchas formas de contestar esta pregunta. Yo quiero proponer que pensemos en los derechos humanos y sus ideales que desde hace un tiempo proponen un cambio de paradigma frente a la vejez y las obligaciones de los Estados para que esta etapa de la vida se viva dignamente.
La vejez es un momento natural de la vida. Sin embargo, no todos los envejecimientos son iguales. Algunas personas llegan a la vejez con una vivienda digna, una pensión, un seguro de salud, una familia amorosa y una comunidad receptiva y facilitadora. Otras personas envejecen en pobreza, soledad y desamparo. Aisladas de sus comunidades o internadas contra su voluntad en centros geriátricos donde la presencia del Estado es poca o nula. Este destino tiene que ver con estereotipos negativos que se tienen sobre la vejez en nuestras sociedades. Este momento de la vida, por lo general, es asociada a una etapa indeseable, una carga social, a la pérdida de autonomía y de la capacidad para tomar decisiones, que además resulta mucho más acentuada si la persona mayor es mujer, afrodescendiente, LGBITQ+, migrante, está privada de libertad o vive con alguna discapacidad. El empobrecimiento de las mujeres mayores es mucho más marcado por el desamparo que genera el trabajo no remunerado de cuidados familiares ante la división del trabajo doméstico por factores de género.
Esta mirada estigmatizante permeó por muchos años todas las esferas de la vida, incluido el derecho y las obligaciones estatales de proteger a las personas mayores, quienes en lugar de ser sujetos de derecho, eran únicamente objeto de protección. No se tomaban en cuenta sus necesidades ni se procuraba su autonomía.
Desde hace un tiempo, estos patrones negativos vienen siendo cuestionados por órganos internacionales de derechos humanos. Y en la Organización de Estados Americanos se vienen gestando iniciativas para transformar la situación de las personas mayores. En el seno de la OEA, se adoptó la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Esta norma de derecho internacional es un tratado revolucionario único en el mundo que adecua los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales a las necesidades y situación de las personas mayores. De los 33 Estados de las Américas y el Caribe que conforman la OEA, solo 11 han decidido hacerlo parte de su derecho nacional a través de su ratificación: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Perú, Suriname y Uruguay.
En mayo de 2023, desde la Relatoría para los derechos de las personas mayores de la Comisión Interamericana, publicamos el primer informe en la temática denominado Situación de los derechos humanos de las personas mayores y sistemas nacionales de protección. El análisis y recomendaciones de la CIDH en este informe giran en torno a dos temas prevalentes en las Américas y el Caribe frente a las personas mayores: la discriminación en contra de las personas mayores y la necesidad de crear sistemas nacionales de protección de sus derechos humanos.
La discriminación por edad (“edadismo”) en su forma más perversa, genera violencia contra las personas de edad, por lo que debe ser erradicada a través de la adopción del nuevo paradigma de la vejez basada su comprensión como sujetos de derecho que gozan y ejercen sus derechos humanos.
Es necesario que aprendamos y asumamos que el envejecimiento es consustancial a la persona y a asegurar que los esfuerzos de los sistemas nacionales de protección sean orgánicos, con enfoque de derechos, con la participación de las personas mayores, respetando su voluntad de modo tal que se garanticen sus cuidados, medios de subsistencia, libertad de expresión e información, participación política, autonomía, independencia y su integración comunitaria de acuerdo con sus necesidades.
Finalmente, en el día internacional de las personas mayores, desde la CIDH hacemos un llamado a los Estados de las Américas y el Caribe para que se hagan parte de este tratado demostrando su real compromiso con los derechos humanos de las personas mayores.
Fuente: elpais.com
CIDH: envejecer con dignidad es un derecho humano en las Américas y el Caribe
Washington, D.C. – En el día internacional de las personas mayores la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) resalta la importancia de reconocer a las personas como sujetos de derecho y la obligación de garantizar una vejez digna, autónoma y con seguridad social. La CIDH alienta a todos los Estados de la OEA a adherirse a la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
En los últimos años, los esfuerzos por poner de relieve la importancia de respetar y garantizar los derechos de las personas mayores en las Américas y el Caribe se ha vuelto una cuestión de orden público internacional. La CIDH en 2017 creó la Unidad para los Derechos Humanos de las Personas Mayores y, con la intención de profundizar su institucionalidad, desde el 2019 la Unidad se convirtió en Relatoría Temática.
Los esfuerzos de la OEA también han sido patentes, al punto que en 2015 adoptó la Convención sobre personas mayores, la misma que entró en vigor en 2017 y de la que son parte Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Perú, Surinam y Uruguay. La Comisión hace un llamado para la ratificación universal de la Convención.
Esta Convención es el instrumento más transformador respecto de la situación de los derechos de las personas mayores en la historia de la región. Su contribución más importante es el cambio de paradigma que establece que las personas mayores son sujetos de derecho con necesidades particulares y que estas son obligaciones internacionales de derechos humanos. El concepto clave, transversal en la Convención, ha sido el abordar la vejez como una etapa natural de la vida y el proceso de envejecimiento como consustancial a la persona humana, rompiendo el estigma y apuntando a garantizar la dignidad.
En su labor por la defensa y promoción de los derechos de las personas mayores, la CIDH adoptó el presente año su primer informe temático «Derechos humanos de las personas mayores y sistemas nacionales de protección» en el que se analiza la obligación internacional de los Estados de garantizar que estos sistemas atiendan las necesidades de las personas mayores, así como la vigencia de los derechos a la igualdad y no discriminación, independencia, autonomía, salud y consentimiento informado, participación e integración comunitaria, accesibilidad y movilidad personal, libertad de expresión, acceso a la información, alimentación, vivienda, agua y saneamiento, seguridad social, integridad y vivir vida libres de violencia y acceso a la justicia.
La erradicación de la discriminación por edad («edadismo») y la generación de información que permita adoptar decisiones de política pública para la protección adecuada de los derechos de las personas mayores con base en evidencia es aún un reto pendiente en la región.
El nuevo enfoque en la protección integral de las personas mayores y el aumento demográfico de este grupo coloca una mayor presión en las demandas sobre los sistemas de seguridad social y salud. Esto conlleva desafíos para los Estados y las organizaciones de la sociedad civil en la articulación institucional de los sistemas de protección para las personas mayores, así como de financiamiento de políticas y programas suficientes con la finalidad de garantizar el disfrute efectivo de sus derechos.
En el día internacional de las personas mayores la CIDH llama a los Estados a establecer políticas públicas efectivas para atender estos retos y garantizar una vejez digna.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
No. 233/23
Fuente: OEA-CIDH