El Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE) y la Fundación General de la Universidad de Salamanca han dado a conocer auspiciosos resultados del proyecto «Soliedad», una iniciativa piloto y pionera que se puso en marcha en la ciudad de Zamora (España). La intervención, que forma parte de las 10 áreas de acción del proyecto «Juntos Damos Más Vida a Zamora» tiene el propósito de abordar y combatir la soledad no deseada en la población mayor.
Este proyecto es una iniciativa impulsada en el marco del «Programa para una Sociedad Longeva», en el marco del «Programa de Cooperación INTERREG V-A España-Portugal (POCTEP) 2014-2020», del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Está liderado por la investigadora del CENIE, Elisa Sala Mozos, y contó con la colaboración de la investigadora Regina Martínez Pascual y el liderazgo de la Escuela Universitaria de Enfermería del Campus Viriato de Zamora. So objetivo fue “abordar la soledad de forma específica y directa con un enfoque de políticas públicas, atendiendo a la complejidad del fenómeno en el territorio, y abordando la vivencia de las personas de forma concreta, en el entorno social y comunitario en el que desarrollan sus vidas”.
Según sus promotores, mediante la metodología implementada, conocida como «Investigación Acción Participativa (IAP)», se buscó «involucrar a la población en todas las fases del proyecto», de manera de «posibilita el aprendizaje y la toma de conciencia, el empoderamiento y la acción transformadora». La implementación de la intervención comunitaria se llevó a cabo mediante el desarrollo de 8 fases y dos bloques complementarios. El bloque denominado Proceso Comunitario (que incluyó las fases 1 a 4) y el bloque Proceso con las Personas (que incluyó las fases 4 a 8). Así, las fases fueron las siguientes: 1) Bases para el proceso comunitario; 2) Diagnóstico; 3) Voluntariado, sensibilización y activación del tejido comunitario; 4) Detección de situaciones de riesgo; 5) Comprensión de la vivencia; 6) Identificación del apoyo adecuado; 7) Intervención grupal ENCUENTROS y 8) Evaluación.
Participación y expectativas
Se inscribieron un total de 60 personas interesadas en el proyecto. Frente a la demanda, se planteó un primer ciclo de intervención con 40 personas y uno posterior con 20 personas. La mayoría fueron mujeres (67,86%). Esto coincide, con que «ser mujer y mayor aumenta el riesgo de sentir soledad». Por su parte, la edad de las personas participantes se ubicó entre los 60 y los 93 años, siendo la media 76,85 años.
En cuanto al estado civil, la mayoría de las personas son viudas (57%), un 25% están en pareja, un 11% divorciadas y un 7% solteras. Estos datos, coinciden “con los datos de otras investigaciones, ya que indican, que la prevalencia del sentimiento aumenta con la viudedad y entre las personas solteras y aquellas divorciadas o separadas, la prevalencia tiende a ser más alta entre las divorciadas o separadas”.
A su vez, la gran mayoría de las personas que participaron del proyecto viven solas (64%). Y, por último, el 40% de los participantes solo tiene educación primaria y un 21% estudios universitarios. Según “la literatura empírica, los niveles socioeducativos más bajos, se correlacionan más frecuentemente con la soledad, no obstante, en este caso, un tercio de la población atendida dispone de estudios universitarios”.
Recomendaciones y aprendizajes
Al ser una intervención empírica, «pionera a nivel mundial», según sus investigadores, ha servido para detectar «áreas de mejora y profundizar en las acciones que han arrojado buenos resultados, con el claro objetivo de convertirse en una guía para implementar el proyecto ‘Soliedad’ en otros municipios del territorio español».
Algunas de las recomendaciones y aprendizajes compartidos por sus promotores son:
- Un proceso de investigación con la metodología IAP requiere la realización de un diagnóstico que permita dibujar una hoja de ruta que indique la dirección hacia la cual se debe transitar.
- Es importante desarrollar campañas de difusión y sensibilización destinadas a desestigmatizar el sentimiento de soledad. Es preciso analizar los mensajes e identificar el más adecuado para conseguirlo.
- La incorporación de una mirada intergeneracional a través del voluntariado junior ha supuesto un valor añadido y ha generado un impacto agregado en términos de capital social y generación de conocimiento.
- La naturaleza participativa de la investigación ha supuesto que el proyecto tuviese vida propia en todo su curso, abriendo a la toma de decisiones grupal cada paso dado y adaptando la metodología prevista al desarrollo natural de las relaciones construidas.
Fuente: CENIE