
Con el objetivo de ampliar el conocimiento sobre derechos humanos y fortalecer las capacidades de quienes trabajan en la recepción de denuncias, la Defensoría Nacional de Derechos Humanos (ONDH, en su sigla en portugués) del Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía del Brasil (MDHC) realizó una formación especializada los días 22 y 23 de julio con perspectiva de atención humanizada y enfoque de derechos. Bajo el título “Abordaje de denuncias sobre vulneración de derechos de personas mayores – Flujos específicos de atención”, la propuesta marcó el cierre del ciclo de formaciones iniciado en febrero de este año.
La actividad, impulsada en respuesta a demandas internas, buscó perfeccionar las competencias técnicas del personal de la Defensoría y de la Central de Denucias Disque 100. Según explicó Haydee Paixão Fiorino Soula, asesora y responsable del proceso formativo, “al incorporar conocimientos técnicos y temáticos en derechos humanos, se pretende alinear los procedimientos y agilizar la respuesta a las demandas, mejorando así la calidad del servicio ofrecido”.
El proceso contó con el apoyo de la Asesoría Especial de Educación y Cultura en Derechos Humanos, Medio Ambiente y Empresas (AEDH) y la Coordinación General de Gestión de Personas (CGGP), además de la colaboración con diversas áreas del MDHC: las Secretarías Nacionales de Derechos de las Personas LGBTQIA+, de las Personas Mayores, de la Niñez y Adolescencia, y la Asesoría Especial de Asuntos Internacionales. También se sumó el Instituto de Tecnología y Sociedad.
La jornada del 23 de julio estuvo especialmente enfocada en los derechos de las personas mayores. Alexandre da Silva, secretario nacional de los Derechos de la Persona Mayor (SNDPI), destacó: “Esta formación es fundamental. La Defensoría es un órgano vital del Ministerio. Todo lo que pasa allí, sea bueno o malo, refleja nuestras acciones”. En la sesión se abordaron datos clave como las proyecciones demográficas que estiman más de 35 millones de personas mayores en Brasil en 2025, representando el 16,6% de la población, así como estadísticas desagregadas por raza, color, sexo y región, indicadores de privación socioeconómica y distintas formas de violencia.
Además, se analizaron criterios para identificar violencias y vulneraciones de derechos, estrategias para un acompañamiento humanizado, el combate al edadismo, y se revisaron disposiciones del Estatuto de la Persona Mayor y de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
“Todo lo que hacemos en la Secretaría es para que las personas sigan vivas. Y seguir vivas también es envejecer”, expresó da Silva, apelando a la dimensión vital de las políticas públicas en esta área. En la misma línea, Kenio Costa de Lima, director de Protección de la Persona Mayor de la SNDPI, subrayó la necesidad de comprender cotidianamente la perspectiva de las personas mayores. “A veces creemos que cuidamos, pero estamos retirando su autonomía”, advirtió, al referirse a decisiones como la institucionalización forzada o el desarraigo territorial en nombre de una supuesta protección.
La formación puso en evidencia la importancia de escuchar activamente, comprender el contexto de vida y sostener políticas públicas que reconozcan y acompañen la dignidad de envejecer.
Fuente: SNDPI