La investigación realizada por un equipo integrado por la Dra. Paulina Osorio-Parraguez y la Antropóloga social Ignacia Navarrete Luco de la Universidad de Chile, indaga acerca de las experiencias del envejecimiento de personas longevas que residen en las zonas rurales de la Región de Los Lagos.
Según los datos brindados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) de 2017, elaborada por el Ministerio de Desarrollo Social, 3.439.599 personas adultas mayores viven en Chile. Este instrumento de medición indica que el 85,3% de quienes integran este grupo etario reside en zonas urbanas, en tanto que el 14,7% lo hace en sectores rurales.
La vejez se presenta de manera diferencial en Iberoamérica. Las condiciones materiales y simbólicas que se explicitan en los procesos de envejecimiento dan cuenta de la diversidad y de la desigualdad que las personas viven a lo largo de su curso de vida. En este sentido, los datos objetivos y cuantitativos no resultan suficientes para abordar las trayectorias vitales, precisamente, diversas y desiguales de la población. «Como antropólogas dedicadas a la gerontología, sabemos que las experiencias de envejecer son heterogéneas e interseccionales. Teníamos especial interés por adentrarnos en territorios del sur de Chile para reconocer y registrar las particularidades y complejidades de la ruralidad», explican las investigadoras Paulina Osorio-Parraguez e Ignacia Naverrete Luco, quienes desarrollaron durante tres años (2015-2018) un trabajo etnográfico con personas longevas residentes en la Región de Los Lagos.
El estudio se llevó a cabo mediante la observación participante y entrevistas realizadas a personas rurales que fueron seleccionadas/os a partir de ciertas características: varones y mujeres mayores de 90 años, desinstitucionalizadas/os. “Nos posicionamos en el extrañamiento y el desarraigo que propone la etnografía. Desde allí nos acercamos a las realidades y vidas cotidianas de nuestros/as interlocutores/as. ¿Cómo transcurría el día para una mujer de 102 años, en silla de ruedas, y cuyo acceso a su hogar depende de un camino de tierra? ¿Qué actividades hacía un hombre de 92 años, que toda su vida ha trabajado en carpintería, pero con la devaluación del trabajo en madera, ya no tiene ingresos? ¿Cómo se organizaban los cuidados en la comunidad, para un hombre de 95 años, que vive solo?
Pregunta. ¿Qué respuestas fueron encontrando a tales preguntas?
Respuesta de Ignacia Naverrete Luco. Un punto importante para destacar fue el rol social de mujeres y varones longevas/os al interior de sus comunidades. Si bien existe un distanciamiento en términos geográficos-territoriales, en las localidades pequeñas y aisladas de los centros urbanos, las personas longevas forman parte de mapas sociales comunitarios. Esto puede derribar nociones a priori provenientes de un mirar asentado en lo urbano, que encuentra aislamiento y miseria en la ruralidad. Reconocer otras formas de ser y habitar los espacios fue un ejercicio que potenció el poder social de las personas mayores rurales. De hecho, las redes sociales y comunitarias tienen un lugar fuerte en la construcción de la identidad rural.
La baja presencia de servicios básicos estatales, explican las investigadoras, afecta directamente la atención en salud y provisión de cuidados formales hacia estas comunidades. “En el trabajo de campo, observamos que las estrategias de cuidados hacia personas longevas, vinculadas a la configuración de núcleos domésticos intergeneracionales, estaban a cargo de las mujeres mayores como proveedoras principales de cuidados los informales”.
Respuesta de Paulina Osorio-Parraguez. Otro dato relevante, basado en los resultados de este proyecto, es que las personas mayores rurales están envejeciendo en territorios disputados en claves sociales, políticas y económicas. Acercarnos a esta temática, requiere desplazar las nociones idílicas de “envejecer en el campo”, a una que apunte a mirar los procesos globales y locales que están afectando y transformando las vidas cotidianas de estas personas y sus comunidades. El caso del sur de Chile es bastante ejemplificador. La industria acuícola instala sus faenas en sectores rurales. Frente al desplazamiento laboral de zonas rurales hacia urbanas, la llegada de estas empresas significa la posibilidad de continuar habitando esos espacios.
Asimismo, las profesionales resaltan que, en la Región de Los Lagos, lo urbano se identifica como “cruce” con las experiencias de las personas mayores rurales, es decir, hay una coexistencia entre ambos marcos, ya sea mediante el contacto por alguna actividad laboral o vinculada a la atención médica.
Pregunta. Es muy importante continuar ampliando los estudios y diagnósticos sobre este grupo social. ¿Tienen planificada una próxima investigación?
Respuesta de Paulina Osorio-Parraguez.
Hemos seguido profundizando en estudios sobre la longevidad. Ahora nos encontramos desarrollando una pequeña investigación de personas centenarias, realizando calendarios de vida y entrevistas etnográficas. Los hallazgos preliminares nos muestran el origen rural de estas personas, donde a lo largo de sus más de 100 años de vida han tenido trayectorias residenciales y de vida muy variadas pasando de lo rural a lo urbano, en algunos casos de retorno a lo rural con la vejez.
Indudablemente, resulta fundamental llevar a cabo este tipo de investigaciones que sirven de insumo para que los Estados planifiquen políticas públicas pertinentes y específicas para los sectores rurales. Esta es una de las tareas articuladoras y pendientes que tienen que asumir las Ciencias Sociales en general, y el campo gerontológico y antropológico, en particular, “para evitar el `urbanocentrismo´, que es la reducción de la vejez urbana como única realidad de la vejez. Desde este punto de vista, sabemos, se desestiman las experiencias rurales y se homogeniza el grupo de personas mayores”.
Para conocer el detalle del proyecto y sus resultados, recomendamos revisar el artículo: Osorio-Parraguez, P., Navarrete, I. & Briones, S. (2019) Aproximación etnográfica a las manifestaciones de agencia en personas nonagenarias y centenarias en Chile. Etnográfica, 23(3): 673-692.
*Nota publicada en el Boletín 20, «Las personas mayores en el ámbito rural» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.