El Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos del Brasil y su Secretaría Nacional de Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas Mayores elaboraron un Plan de Contingencia que incluye programas preventivos y promocionales como “Viver”, líneas de asistencia directa en residencias de larga estadía, dispositivos de atención y denuncias telefónicas para contener violaciones a los derechos humanos.
La pandemia de COVID-19 ha desafiado a Brasil, uno de los países con mayor población del mundo y con casi 30 millones de personas de 60 años y más, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), cifra que se proyecta en franco aumento hacia mitad de este siglo, donde la transversalidad e intersectorialidad de las políticas hacen aún más complejo el escenario y las acciones encaminadas a promover, proteger, defender y enfrentar las violaciones de los derechos humanos de toda la población y, en particular, de grupos en situación de vulnerabilidad.
Para el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos (MMFDH), y sus Secretaría Nacional de Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas Mayores (SNDPI, por sus siglas en portugués), dentro de dichos grupos se encuentran las personas mayores, especialmente aquellas viven en residencias de larga estadía y que, en gran parte, por las medidas de aislamiento social han aumentado sus posibilidades de depresión y/o sentimientos de soledad.
En consulta para este último boletín del Programa Iberoamericano, el Ministerio expresó que las personas mayores fueron las primeras en recibir asistencia a partir del contexto de pandemia. Y agregó que el Gobierno Federal anunció, bajo la coordinación de dicha cartera ministerial (a través de su Secretaría Nacional), un Plan de Contingencia para este grupo de población, para el que implementó “un conjunto de iniciativas integrales y diversas, con una importante inversión presupuestaria y financiera”.
El enfoque de esta cartera ministerial parte de una lectura más amplia que asegura que el acaecimiento de la pandemia y de sus medidas para contener el avance del virus en la población “tuvo múltiples impactos la vida familiar, llevando en algunos casos al desgaste de los lazos debido al aumento de las tareas domésticas y de cuidado y las consecuencias económicas, sociales y psicológicas”. En tal sentido, el distanciamiento social ha presentado, según este organismo, “graves consecuencias para la salud mental y emocional de los ciudadanos y ciudadanas, en particular la de las personas mayores”.
En este desafiante contexto, el Ministerio y su Secretaría Nacional han gestionado diversas líneas programáticas y la ampliación de otras que han intentado dar respuesta, en este caso, a las problemáticas de salud mental de las personas mayores. De esta manera, el “confinamiento estricto” de un grupo catalogado “de riesgo” a partir de la pandemia, generó problemas dentro de esta dimensión de la salud, de los cuales el organismo destaca: “la ansiedad, la depresión, trastornos del estado de ánimo y bipolaridad”.
Así, las políticas públicas adoptadas por el Gobierno Federal, a través del MMFDH, destinadas a contener la salud mental de este grupo poblacional, se conducen en las siguientes seis líneas, según manifiesta esta cartera: movilización de recursos; concienciación y orientación; prevención contra COVID-19; seguridad alimentaria; garantía de ingresos mínimos; y reducción de violaciones de derechos humanos.
Dentro de las acciones específicas de corte preventivo y promocional y que – de manera complementaria – intervienen en el campo de la salud mental de las personas mayores desde un abordaje socioeducativo y recreativo, la SNDPI destaca su Programa “Viver”, sobre “Envejecimiento Activo y Saludable”, establecido por decreto N°10.133 en noviembre de 2019. En tal sentido, esta línea programática incentiva a la actividad física, reconoce experiencias y vivencias, y optimiza oportunidades para favorecer la inclusión digital y la participación social que eleven la calidad de vida de este grupo poblacional.
Para las autoridades ministeriales, el desarrollo de las acciones de este Programa, aún en pandemia y con cambios de modalidades de ejecución instrumentados sobre las contingencias que impuso el avance del virus en el país, ha resultado muy positivo y ha sostenido a muchos colectivos de mayores que requirieron de la continuidad de sus actividades como un esquema de contención en estos tiempos complejos.
Otras líneas de trabajo que ligan el accionar de este Ministerio y todas sus dependencias, incluidas la SNDPI, son aquellas atravesadas por las complejidades que se generaron en el ejercicio de los derechos de ciertos grupos vulnerados, más aún con el advenimiento de la pandemia. “En sólo 10 días, entre el 14 y el 24 de marzo de 2020, el MMFDH recibió 1369 denuncias” en sus dos centrales de atención telefónicas, “Disque Direitos Humanos” (“Disque 100”) y “Central de Atendimiento à Mulher” (“Ligue 180”), donde esta cartera reveló una prevalencia de “exposición al riesgo para la salud, seguidas de malos tratos y falta de recursos para el apoyo familiar”.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo de los Derechos Humanos (ONDH, por sus siglas en portugués), que funciona en el seno de dicho Ministerio, registró en 2019, a través de su aplicativo (“Direitos Humanos Brasil”) un total de 158.977 denuncias por violaciones de derechos humanos. En tanto que, en 2020, en tiempos de aislamiento social, recibió alrededor de 349 mil denuncias. Comparativamente, hubo un crecimiento superior al 100% en sólo 12 meses. Dentro de estas cifras, el organismo informó que casi 88 mil denuncias estuvieron relacionadas con personas mayores.
Ante esta situación, la SNDPI anunció el establecimiento de nuevas alianzas con instancias de defensa y contención de violaciones de derechos, ampliando los canales de denuncia e información. De esta manera, por ejemplo, se logró articular los registros de las centrales telefónicas del Ministerio para canalizar la atención de ciertos casos a través de los servicios prestados por “Disque 136” (“Disque Saúde”) del Ministerio de Salud. Al mismo tiempo, se crearon aplicaciones para celulares y la opción web de los canales “Disque 100” y “Ligue 180”, y se sumaron dos vías puntuales de denuncia para atender violaciones de derechos como consecuencia de la pandemia.
Otro conjunto de acciones específicas de la Secretaría Nacional, son las vinculadas a las residencias de larga estadía del país en el marco de una crisis sociosanitaria generalizada producto de la pandemia. Aquí, el objetivo de este organismo ha sido contener la emergencia y fortalecer el accionar preventivo de todos los dispositivos residenciales de mayores. Para ello, se han distribuido protocolos de cuidado y prevención que eviten el contagio masivo por coronavirus; se ha comprado insumos básicos para la seguridad e higiene de residentes y equipos de trabajo; se avanzó en la compra de medicamentos y también en la adecuación de espacios para el aislamiento de casos sospechosos y/o leves en este tipo de instituciones.
A lo largo de 2020, el MMFDH, a través de su Secretaría, mapeó más de 4500 instituciones residenciales públicas y privadas en Brasil. De este universo, 1913 están inscriptas en el Registro del Sistema Único de Asistencia Social (“CadSUAS”) y reciben transferencias públicas a través del Fondo Nacional de Asistencia Social (“FNAS”). Además, según información oficial, se otorgaron asistencia de emergencia a 2106 residencias donde conviven más de 68 mil personas mayores.
A su vez, dentro de las labores conjuntas y que dicha cartera ministerial destaca a la hora de enfrentar el avance del virus en este grupo poblacional, se encuentran las articulaciones entre la SNDPI, el Consejo Nacional de Secretarías de Salud y la Confederación Nacional de Municipios para priorizar la vacunación de más de 80 mil personas mayores que se encuentran viviendo en dispositivos convivenciales y de millones de ellas que reciben asistencia del Programa Nacional “Saúde da Família”, una política territorial y de cercanía para la atención primaria de la salud en todo el país.
*Nota publicada en el Boletín 25, «Salud mental de las personas adultas mayores, en especial en tiempos de pandemia por el COVID-19» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.