El cuidado concebido como derecho humano y la perspectiva de género entendida como variable indispensable para borrar las inequidades históricas a través del Sistema Nacional Integrado de Cuidados.
El Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC) de Uruguay nació a partir de la Ley 19.353, promulgada hace más de 4 años, en noviembre de 2015, y establece que las niñas y niños, personas con discapacidad y personas mayores en situación de dependencia tienen derecho a ser cuidadas. La política de cuidado se presentó así, como uno de los asuntos más relevantes de la agenda pública y como cuarto pilar de importancia en términos de protección social, junto con salud, educación y seguridad social.
Se advierte que la noción de cuidados es clave para la investigación y planificación con perspectiva de género. Es que, históricamente, los cuidados de las personas fueron resueltas en el seno familiar y, casi siempre, estuvieron a cargo de las mujeres, concebidas como ´proveedoras responsables del bienestar´. «La complejidad al abordar las desigualdades de género en el medio rural es que además de las inequidades en razón de su sexo, las mujeres en el campo deben sumar a las anteriores sus condiciones económicas, sociales y de ubicación territorial. Son inequidades ´cruzadas´ o ´interseccionalizadas´ que se potencian entre sí», remarcaban en 2013 Rossana Vitelly y Víctor Borrás de la Universidad de la República.
Asimismo, la política pública de cuidado también incorpora el enfoque de derecho a dar y a recibir cuidados durante todo el curso de vida. Como señala Laura Pautassi (2010), «si bien para algunos el cuidado es simplemente una prestación dirigida a las mujeres que buscan trabajar, bajo la falacia de que se debe ´apoyar a las mujeres´ que necesiten o quieran trabajar, desde la perspectiva de derechos el cuidado es un derecho de todos y todas y debe garantizarse por medio de arreglos institucionales y presupuestarios, ser normado y obtener apoyo estatal. No es, por tanto, un beneficio para las mujeres y sí un derecho de quienes lo requieren».
En relación a la vejez, el SNIC apunta a una doble tarea: reflexionar sobre, evaluar y modificar las prácticas de cuidado de las mujeres durante todo su proceso de envejecimiento, en los contextos rurales y urbano y, al mismo tiempo, focalizar en el derecho de las personas adultas mayores en situación de dependencia a ser cuidadas con presencia y acción explícita del Estado.
Casi el 20% de la población uruguaya tiene 60 años o más, y dentro de ese grupo el 10% supera los 85 años. El 7% reside en zonas rurales de hasta 2000 habitantes (FAO, 2018), con primacía masculina, 56% son varones y el 44% mujeres (CELADE, 2019), se estima que, en 2030, la distribución alcanzará 58% y 42%, respectivamente.
El plan 2015-2020, articulado y llevado a cabo por la Secretaría Nacional de Cuidados (SNC), buscó fortalecer la comunicación en contextos rurales para reconocer las necesidades particulares de cuidado y generar diagnósticos que permitan identificar demandas específicas de las localidades, así como también difundir y concientizar sobre la noción del cuidado como derecho humano. Las mujeres mayores que viven en las zonas rurales son particularmente vulnerables, principalmente desde lo económico, en virtud de las desventajas históricas sufridas durante todo el curso de vida. Ello se profundiza en la vejez cuando su función se limita al cuidado de la familia.
En ese sentido, en los últimos años, la Secretaría junto con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), llevaron a cabo proyectos de cuidado en el sector rural con el fin de formar personal local, con capacidades propias de cada lugar, y generar fuentes de trabajo territoriales, fortaleciendo, al mismo tiempo, el rol de los gobiernos subnacionales y municipales como actores fundamentales para el despliegue territorial. Asimismo, se promovió el servicio de Teleasistencia en casa que permite que, ante cualquier problema, las personas mayores de 70 años, en situación de dependencia, avisen al servicio médico, vecinos o familia a la brevedad.
Basado en principios de solidaridad y autonomía, el SNIC se creó con el objetivo de generar un modelo corresponsable de cuidados entre familias, Estado, comunidad y mercado y, claro, de responsabilidad compartida entre varones y mujeres. El “puntapié” inicial está dado, es fundamental, entonces, profundizar el trabajo en este marco para construir una región más igualitaria, en especial, en los ámbitos rurales en donde la desigualdad de género es (aún) más marcada.
El Sistema Nacional Integrado de Cuidados
El Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC) cuenta con una Junta Nacional de Cuidados (JNC) que define los lineamientos, objetivos y políticas, y se encuentra integrada por los Ministerios de Desarrollo Social (preside); de Educación y Cultura; de Trabajo y Seguridad Social; de Salud Pública; de Economía y Finanzas; la Oficina de Planeamiento y Presupuesto; la Administración Nacional de Educación Pública; el Banco de Previsión Social; el Instituto del Niño y Adolescente de Uruguay (INAU), la Secretaría Nacional de Cuidados y el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).
Asimismo, como órgano ejecutivo de la Junta, se crea una Secretaría Nacional de Cuidados (SNC) para la articulación y coordinación interinstitucional del Sistema. La Junta, a través de la Secretaría, cuenta con un Comité Consultivo honorario integrado por representantes de las organizaciones de la sociedad civil, academia, los y las trabajadores y el sector privado.
*Nota publicada en el Boletín 20, «Las personas mayores en el ámbito rural» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.