Una experiencia que focalizó en la participación de las personas mayores rurales para la reconstrucción pacífica de Colombia.  

La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas de Colombia fue creada en enero de 2012, a partir de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448) que propone llevar a cabo medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno. Durante varios años, en un contexto de reivindicación de la vida y con el objetivo de ampliar el grado de participación de personas mayores víctimas se efectuaron diferentes acciones con personas mayores (en los 32 departamentos de Colombia, incluso en la Isla San Andrés), entre ellas, grupos residentes en zonas rurales. 

En 2017/2018 María Tila Uribe y María del Pilar Zuluaga Guerrero, recopilaron algunas de las experiencias realizadas en una cartilla publicada por la mencionada entidad que se tituló “Recuperar el valor de la vida”, y resaltaron que la participación de las personas mayores es decisiva para mejorar o cambiar situaciones familiares o comunitarias. El documento condensó mucho trabajo porque fue construido grupalmente a través de instancias de reflexión y debates acerca de la relevancia de la participación ante la resolución de demandas sociales. El proceso tuvo como protagonistas a personas mayores, en general procedentes del campo, quienes además de haber sido víctimas del conflicto armado también fueron elegidos/as democráticamente para representar a las víctimas mayores. 

«Mi meta es lograr proyectos de granjas integrales para las personas mayores, sueño que persistiré hasta verlo hecho realidad en todo el país»

Lida María Bermúdez. Boyacá.

En los diferentes encuentros se destacó la importancia de fortalecer las capacidades y habilidades individuales y colectivas. Asimismo, se abordó las temáticas vinculadas al envejecimiento y la vejez, mediante el estudio de la normativa internacional existente junto con el análisis de las tendencias en la región y en el país. A partir de ello, se llevaron a cabo procesos de georreferenciación, mapeo de actores, elaboración de bases sobre redes sociales, entre otros. “Uno de los pilares fundamentales del trabajo con las personas mayores fue sin duda la recopilación de sus aportes para la reconstrucción de tejido social en sus territorios”, resalta María del Pilar, “en ese sentido, fue fundamental reconocer las formas de vivir y envejecer en las zonas rurales, con ciertas condiciones materiales y con historias particulares de existencia”.

“¿Qué me quedó de este trabajo? Una gran experiencia al tener contacto con los compañeros personas mayores y al conocer saberes y experiencias de las diferentes regiones; haber desarrollado habilidades que uno creía no tener y uno se sorprende; comprender y entender la importancia de la persona mayor en todos los momentos de la vida y la incidencia en la sociedad (…)»

Luis Fernando Ocampo. Caldas.
La participación de las personas mayores es decisiva para mejorar o cambiar situaciones familiares o comunitarias | Fuente: Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas

Posteriormente, se desarrollaron mesas de trabajo para intercambiar con entidades tanto públicas como privadas con la intención de impulsar la ejecución de programas o proyectos que potenciaran la inclusión de las personas mayores víctimas. Lo resultados fueron muy positivos: se consolidó la Confederación de Personas Mayores Víctimas, se elaboraron estrategias con cooperantes y/o con alcaldías o gobernaciones, y se incluyó la participación conjunta con jóvenes. A través del ejemplo y la memoria histórica de los sucesos que marcaron a Colombia, las personas mayores líderes fueron proponiendo pautas y delineando la ruta de trabajo para tejer una sociedad en paz.  

“En lo personal, he conocido muchas personas con quienes he intercambiado ideas y necesidades. En lo familiar, muy a pesar de dejar a los míos solos, por ciertos momentos y días en los cuales me reclamaban, he visto que se han acostumbrado a respetar los roles que en estos momentos tengo»

Iveth Castellanos. Cundinamarca.

De esta manera, las acciones mencionadas dieron materialidad a una idea que concibe al conjunto de personas mayores –urbanas y rurales, varones y mujeres- como aportantes de cambios y soluciones para el futuro del país.  Y en ese camino, dice María del Pilar, “resulta indispensable que todas las personas se reconozcan como envejecientes, como capaces de asumir un rol protagónico en la familia y en la sociedad en todos los momentos de la vida, incluso en sus roles como Gestores de Paz”.

«(…) Ha sido importante ver el ganador del proyecto de paz «El tren de la Paz, la Unidad y la Reconciliación»; participar en talleres; crear una microempresa de lácteos con la que se beneficias 5 familias, ser parte primordial en los Consejos de Política Social (…)».

José Samuel Bernal Ruiz. Caquetá.

*Nota publicada en el Boletín 20, «Las personas mayores en el ámbito rural» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.