En abril de 2019 el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) organizó el Conversatorio de Buenas Prácticas de Salud Mental con representantes de Argentina, Cuba, Costa Rica, Uruguay, México y Chile. Posteriormente, el organismo lideró la Mesa de Salud Mental en Personas Mayores junto al Ministerio de Salud y convocó a actores de Servicios Públicos, la Academia y la Sociedad Civil. Tras meses de trabajo participativo y pandemia mediante, se difundieron dos documentos que brindan recomendaciones para su abordaje integral desde un enfoque de derechos humanos.
La creación de la Mesa[1] tuvo como principal objetivo elaborar estrategias en un marco socio-sanitario, con una mirada intersectorial y entendiendo que la salud mental en la vejez es el resultado de la interacción de múltiples factores a lo largo del curso de la vida y, por lo tanto, constituye un enorme desafío.
En ese sentido, se generó la articulación con diferentes actores claves que logró reunir a representantes del Departamento de Salud Mental y Oficina de Personas Mayores del Departamento de Ciclo Vital de la Subsecretaría de Salud Pública y a profesionales expertas/os en temas de salud mental de personas mayores de universidades, organizaciones civiles y organismos estatales.
Asimismo, la pandemia provocada por el COVID-19 en 2020 incluyó un nuevo contexto de análisis y también nuevas demandas sociales que, sin duda, requieren de la intervención política intersectorial para avanzar hacia una sociedad para todas las edades.
Estrategia de Salud Mental para Personas Mayores fue realizada en base a principios rectores tales como el enfoque de derechos humanos y la Atención Centrada en la Persona (ACP) la cual pone al sujeto en el centro relevando sus derechos; la perspectiva de género, central tanto para el diagnóstico como para las intervenciones individuales y sociales en salud mental; y el enfoque comunitario que propone un diálogo continuo entre instituciones, organismos, dispositivos territoriales y la comunidad en general.
Desde esta concepción, la publicación adhiere a la noción de salud mental planteada por el Ministerio de Salud de Chile y la define como “la capacidad de las personas para interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de promover el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de sus potencialidades psicológicas, cognitivas, afectivas y relacionales, el logro de sus metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia y el bien común”.
El mencionado documento también retoma algunas ideas planteadas en la ENCAVIDAM (Encuesta de Calidad de Vida del Adulto Mayor) 2017, la cual destacaba que la salud mental tiene un impacto enorme en la calidad de vida de las personas mayores y viceversa. En este aspecto, es la capacidad funcional propia la que permite que una persona sea y haga aquello que considera importante, y ello incluye la capacidad intrínseca -recursos físicos y mentales- y el entorno -familia y afectos-.
Además de aquellas acciones tendientes a la promoción del bienestar, el informe apunta a la prevención y el abordaje de los problemas de salud mental en las personas mayores, en donde los con mayor prevalencia son la depresión, la ansiedad, los trastornos de sueño, el deterioro cognitivo y las demencias, y el suicidio. Uno de los principales datos del informe aclara que los problemas de salud mental constituyen un conjunto de condiciones de alta carga y costos, lo cual debe ser tenido en cuenta por los Estados.
Entre otros documentos de apoyo que presenta la Estrategia, se encuentra “Sistematización Diálogo Participativo: Desconfinamiento y Personas Mayores en Chile” que se realizó en agosto de 2021. Allí, tras la consulta a 253 dirigentes de organizaciones de personas mayores se identificó que la problemática de salud mental es anterior a la pandemia; que es necesario fortalecer los sistemas de salud; que es fundamental que la población retome los controles médicos postergados y que se incorporen más profesionales de la salud.
Vale resaltar que hay un punto clave propuesto por las personas mayores participantes en el Diálogo que consiste en la importancia de «promover una mirada positiva de la salud mental de las personas mayores, difundiendo esperanza en vez de temor». Claro que dicha tarea precisa de un trabajo consciente y respetuoso de la comunicación en general y de los medios de comunicación en particular.
Principales propuestas de SENAMA
- Promoción de la salud mental: ampliación de actividades físicas destinadas a las personas mayores; más experiencias intergeneracionales; fortalecimiento de voluntariado de personas mayores; generación de un cambio hacia la salud mental positiva para disminuir y/o borrar estigmas; capacitación sobre cuidado de personas mayores; promoción del autocuidado; sensibilización del cuidado a vecinos y organizaciones; protección de la salud de las personas cuidadoras; fortalecimiento y articulación entre sectores de programas de cuidados.
- Prevención de deterioro de la salud mental: disminución de la pobreza; mejoramiento del sistema de pensiones; generación de espacios laborales para personas mayores; catastro de quienes trabajan de manera independiente; alimentación nutritiva; alfabetización en zonas rurales; alfabetización digital; detección temprana de enfermedades mentales; trabajo profesional interdisciplinario y capacitación a la persona enferma y su familia; acciones preventivas respecto al consumo de drogas; prevención del suicidio con grupos de ayuda, lías telefónicas, pautas de información a los medios de comunicación para el abordaje de la temática.
- Formación: contar con contenidos formativos en salud mental para personas mayores que abarquen diversos perfiles, considerando a lo menos profesionales, técnicos, asistentes de trato directo, cuidadores y estudiantes.
- Trabajo intersectorial: ampliación de cobertura; políticas en salud mental que incluyan estrategias y acciones de promoción y protección de la salud mental en el curso de vida, abogando por entornos y condiciones vitales favorecedoras; sensibilización del cuidado, autocuidado y heterocuidado; aplicación del proceso «gestión de casos» que busca que la atención a la persona sea completa e integral; generación de registros compartidos para facilitar la articulación entre actores.
- Investigación: generación de conocimientos nacionales en torno a las temáticas de vejez y envejecimiento, basadas en la prevención y factores de protección para la salud mental de las personas mayores; mejorar la calidad de los datos y se sugiere una entidad que agrupe desde la institucionalidad pública (SENAMA-MINSAL) junto a la Agencia de Investigación y Desarrollo, las necesidades de información para evaluar la eficacia de las políticas públicas en salud mental de personas mayores.
Guía Práctica Salud Mental y Bienestar para Personas Mayores
En el marco del trabajo realizado por la Mesa Técnica de Salud Mental de Personas Mayores también se elaboró esta Guía Práctica entre SENAMA y la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento, coordinada por la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, que tiene como finalidad poner a disposición información, conceptos y herramientas sobre la salud mental, la vejez y el envejecimiento.
Se trata de «promover y resguardar el derecho a la salud mental, así como el respeto y reconocimiento del buen trato y no discriminación de las personas mayores en cualquier espacio y/o contexto», expresó el Dr. Octavio Vergara, titular de SENAMA, durante la presentación de la publicación.
La Guía Práctica Salud Mental y Bienestar para Personas Mayores recorre una serie de interrogantes que son respondidos de manera clara y sencilla: ¿Qué es el envejecimiento y la vejez? ¿Cómo entender la salud mental? ¿Qué cambios y necesidades pueden aparecer a medida que envejezco? ¿Cómo cuidar la salud mental? ¿Cuáles son los problemas de salud mental más frecuentes en las personas mayores?
La publicación advierte que para cuidar la salud mental como primer paso conviene reconocer que no depende nosotros/as mismos/as solamente. “Hay cosas que puede controlar y otras que no. Es importante que identifique con qué recursos cuenta a nivel individual, familiar y comunitario», aconseja. Por tanto, la salud física, los vínculos afectivos y tener un proyecto de vida son elementos claves para envejecer positivamente.
Asimismo, manifiesta, es importante saber que “a medida que se envejece, surgen diferentes «cambios y necesidades a nivel biológico, social y psicológico” que tienen relación con la salud mental y dependen de cómo las vive cada persona mayor según su trayectoria de vida. Algunos de ellos son, por ejemplo, el cuerpo, la mente y la memoria, las relaciones afectivas y las pérdidas y el duelo. Explica esta Guía que, si bien focaliza en la vejez, es de indispensable lectura para todas las personas, de todas las edades.
Además entrega recomendaciones para identificar cuándo la salud mental está afectada y es necesario pedir ayuda, por ejemplo menciona que “es importante reconocer si la reacción que (se) tiene es muy intensa comparada a cómo normalmente se siente, o si se sostiene de la misma forma todo el tiempo”. Entrega recursos para cuidar la salud mental, entre ellos el Fono Mayor (800 4000 35), Salud Responde (600 370 7777, opción 1) y cómo atenderse en la red de salud pública.
[1] Respecto a la metodología del trabajo realizada por la Mesa, la organización fue estipulada en cuatro áreas claves de intervención: 1) Promoción y prevención en salud mental de personas mayores; 2) Trabajo intersectorial en salud mental de personas mayores; 3) Formación en salud mental de personas mayores; 4) Investigación en salud mental de personas mayores de la salud.
*Nota publicada en el Boletín 25, «Salud mental de las personas adultas mayores, en especial en tiempos de pandemia por el COVID-19» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.