Así lo afirmó Luis Alberto Barriga, director general del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) en la nota publicada en el Boletín 28, «El trabajo de cuidadoras y cuidadores de personas adultas mayores, en especial, tras la crisis generada por el COVID-19» del PICSPAM. España avanza hacia un modelo que tiene como punto central a la persona mayor receptora de cuidados y que contempla acciones para mejorar las condiciones de trabajo de las personas cuidadoras.

Ilustración realizada por Rocío Lana

En base a un consenso nacional sobre la necesidad de construir un nuevo modelo de cuidados de larga duración como respuesta a las actuales circunstancias demográficas y sociales, el Imserso, junto a otros organismos públicos y asociaciones de personas mayores, está trabajando en los aspectos fundamentales de una reforma global del modelo de cuidados, que tiene derivaciones hacia cambios estructurales que abarcan los ámbitos normativo, arquitectónico y metodológico en la intervención.

“Se trata de un cambio de calado en el modelo tradicional de cuidados para conseguir que las personas puedan envejecer en su casa si así lo desean y para ello es preciso articular servicios que les presten los apoyos que necesiten en sus propias casas, en sus propios barrios, en sus contextos sociales, manteniendo tanto su autonomía personal como sus redes y contactos sociales y evitando situaciones de aislamiento y soledad. Se trata de un reto para los próximos años que ya estaba sobre la mesa y cuya necesidad y urgencia ha evidenciado la pandemia”, informan desde el Imserso.

En este escenario, la colaboración y coordinación en los distintos niveles de la administración (estatal, autonómica y local) es fundamental, para avanzar en el proceso de cambio de modelo de forma eficaz y eficiente, y así mejorar la atención y la calidad de vida de las personas que necesitan cuidados de larga duración.

Los propósitos que se plantean en el nuevo modelo, se centran, entre otros, en: garantizar que los cuidados de larga duración sean oportunos, globales y asequibles, y permitan un nivel de vida digno a las personas que necesitan estos cuidados; aumentar la oferta y la combinación de servicios profesionales (asistencia a domicilio, servicios de proximidad y atención residencial); cerrar las brechas territoriales en el acceso a los cuidados de larga duración; implantar soluciones digitales accesibles en la prestación de servicios asistenciales; y asegurar que los servicios e instalaciones de cuidados de larga duración sean accesibles para las personas con discapacidad.

Este nuevo modelo de desinstitucionalización y atención integral en el que se está trabajando, “tiene como punto central a la persona receptora de cuidados, sus decisiones y preferencias sobre dónde y cómo desea vivir y qué apoyos desea recibir, su proyecto de vida y, por encima de todo, su dignidad y la protección de sus derechos”, según refieren desde el Imserso.

El nuevo modelo de cuidados propuesto por el Imserso promueve la autonomía personal de las personas adultas mayores | Fuente: blogciudades.imserso.es

organismo promueve un enfoque preventivo, en tanto eje clave para maximizar la proporción de la población que no requiere cuidados, retrasar la edad de quienes los requieran y/o reducir la intensidad de la demanda.

En lo que respecta a las personas que cuidan, este nuevo modelo aspira a garantizar criterios y normas de alta calidad para prestadores de cuidados de larga duración y a apoyar a las personas cuidadoras informales, que mayoritariamente son mujeres, y familiares de las personas que reciben cuidados, a través de formación, asesoramiento y apoyo psicológico y económico. Sobre ello, desde el Imserso destacan la necesidad de mejorar sus condiciones de trabajo, “que faciliten el equilibrio entre la vida laboral y personal, y atraigan a más personas al sector de los cuidados”.

“Se ha arrancado un proceso de cambios y de no retorno»

En el marco de la jornada “El reto de la longevidad hoy: De la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, que tuvo lugar el 25 de octubre del corriente año en el Congreso de los Diputados de España, el director del Imserso, Luis Alberto Barriga, estimó que en el país harán falta entre 290.000 y 300.000 personas cuidadoras profesionales de personas mayores, a las cuales “habrá que mejorarles las condiciones laborales y salariales actuales, puesto que, de lo contrario, ni estarán ni se las esperará”.

El director Barriga explicó también que, a partir del análisis de la realidad actual de los cuidados, los organismos intervinientes van definiendo los cambios que serán necesarios realizar en los próximos años, para poder garantizar cuidados accesibles y de calidad, un modelo más justo y más sostenible, tanto para las personas que necesitan cuidados, como para las que los prestan y para la sociedad en general.

Justamente, “uno de los desafíos más potentes es asegurar el acceso a los cuidados de larga duración y dar apoyo a todas las personas que cuidan”, enfatizó Barriga.

“UNO DE LOS DESAFÍOS MÁS POTENTES ES ASEGURAR EL ACCESO A LOS CUIDADOS DE LARGO DURACIÓN Y DAR APOYO A TODAS LAS PERSONAS QUE CUIDAN”

Barriga apuesta por un modelo que brinde cuidados a las personas en base a sus necesidades de cada momento de su vida | Fuente: teleformacion.imserso.es

Por otra parte, el director del Imserso expresó que apuesta por la desinstitucionalización para que las personas continúen decidiendo sobre sus proyectos de vida y sobre los apoyos y cuidados que requieren. «No se puede permitir que los cuidados de las personas mayores se vinculen a la institucionalización, debemos erradicarla en el nuevo modelo de cuidados».

En la jornada, Barriga también se refirió a las inversiones que el Gobierno destina a las comunidades autónomas para la atención del modelo residencial, destacando que “la idea no es invertir en más residencias, sino transformar el modelo de atención y eso requiere modificar dos arquitecturas: la física, los centros no pueden ser ‘hospitalitos’ mal dotados, tenemos que transformarlas en unidades de convivencia pequeñas; y la arquitectura mental sobre cómo tiene que ser el modelo de cuidados basados en derechos de las personas y no en otros planteamientos”.

Asimismo, el director del Imserso hizo hincapié en la desigualdad de acceso a los servicios de cuidados de larga duración en la actualidad y sentenció: “No podemos permitirnos tener sistemas de cuidados que apoyen de manera diferente al rico que al pobre”.

Por último, Barriga, expresó que el cambio de modelo de cuidados a las personas mayores es ya imparable y ha defendido la urgencia de garantizar que los cuidados sean oportunos y asequibles a todas las personas, adaptándose a las necesidades de cada momento de su vida.

* Ver nota completa en el Boletín 28, «El trabajo de cuidadoras y cuidadores de personas adultas mayores, en especial, tras la crisis generada por el COVID-19» del PICSPAM.