En 2024 el CONAPE puso en marcha la primera etapa del Programa de Cuidados Domiciliarios de personas mayores en una alianza con “Supérate” que apunta a potenciar el impacto de esta línea de acción para asegurar una atención integral a dicho grupo poblacional en sus hogares. | Fuente: CONAPE

En un contexto de envejecimiento poblacional sostenido, la República Dominicana transita una etapa clave en el desarrollo de políticas públicas gerontológicas para los cuidados de larga duración. Esta nota examina las principales acciones programáticas y servicios implementados por el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) al respecto, así como los desafíos estructurales del modelo y las oportunidades que ofrece la estrategia “Comunidades de Cuidado” en el marco del proceso de consolidación de un futuro Sistema Nacional de Cuidados.

La República Dominicana viene avanzando sostenidamente en el desarrollo de servicios y políticas orientadas al cuidado de largo plazo  de las personas mayores. Este proceso, en gran parte orientado por el rol rector que ejerce el CONAPE, se inscribe en una transición demográfica del país que acelera la necesidad de garantizar “cuidados oportunos, asequibles, accesibles y de calidad”, en línea con un enfoque de derechos.

El perfil demográfico del país, su presente y su proyección, plantea la premura de abordar esquemas que sostengan los cuidados y los apoyos de las personas dominicanas, en este caso de las personas mayores que los requieren. La República Dominicana vive una transformación estructural que, en este aspecto, prevé que para 2031 será una “sociedad envejecida”, con más del 14% de su población con 60 y más años, y para 2050 una “sociedad muy envejecida”, superando el 21% (CEPAL, 2024).

Algunos datos que revelan este escenario son compartidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el último trabajo de la experta chilena, Sandra Huenchuan, específicamente sobre cuidados de larga duración en países del Caribe hispano, Centroamérica y México, donde se evidencia un crecimiento sostenido de la demanda de servicios de cuidado, tanto formales como comunitarios. Además, la persistencia de arreglos familiares multigeneracionales muestra que los cuidados siguen recayendo en la familia, aunque esta se ve tensionada por la migración, el envejecimiento de cuidadoras y cuidadores, y la precariedad laboral que experimenta esta subregión.

Para ello, el CONAPE viene implementando diversos programas y servicios destinados a la población dominicana de 60 años o más, con el objetivo de garantizar su autonomía, proteger sus derechos y facilitar su acceso a servicios sociales esenciales a través de la coordinación y asesoría a organizaciones públicas y privadas, el desarrollo de programas educativos, preventivos y de capacitación, y la fiscalización y supervisión de diversos dispositivos de atención destinados a este grupo poblacional.

El Consejo coordina una amplia red nacional compuesta por múltiples dispositivos, entre ellos hogares de día, centros privados, servicios de cuidado en domicilio y asociaciones sin fines de lucro.

En este sentido, el Consejo coordina una amplia red nacional compuesta por múltiples dispositivos, entre ellos: 110 asociaciones sin fines de lucro (ASFL) acreditadas; 35 hogares de día propios; 7 centros privados acreditados; un centro correccional especializado y servicios de cuidado en domicilio y centros mixtos. Entre las iniciativas orientadas a los cuidados de larga duración que el organismo ha destacado para esta edición número 33 del Boletín del PICSPAM, se encuentran el Programa “Familias de Cariño”, el Programa de Cuidados Domiciliarios y el Servicio de Hospedaje, todos diseñados para atender las necesidades específicas de las personas en diferentes situaciones de vulnerabilidad y dependencia.

Programa “Familias de Cariño”

Según describe el Consejo, este Programa, que funciona desde el año 2020, está diseñado para “preservar los derechos, la dignidad, la igualdad y la inclusión social de las personas adultas mayores”. Su enfoque principal consiste en identificar a personas con necesidades de cuidado y en situaciones de vulnerabilidad, para “promover su permanencia en el núcleo familiar y comunitario en lugar de la institucionalización”.

Otro de los propósitos esgrimidos del Programa es profesionalizar el oficio de cuidado, asegurando que quienes brindan atención a las personas mayores reciban formación adecuada y gocen de condiciones laborales dignas. Asimismo, busca garantizar tanto el derecho de ser cuidadas/os como el derecho de las personas a ejercer el rol de cuidadores/as, generando oportunidades laborales que contribuyan al desarrollo económico y social de la comunidad.

EL PROGRAMA «FAMILIAS DE CARIÑO» BUSCA GARANTIZAR TANTO EL DERECHO DE SER CUIDADAS/OS COMO EL DERECHO DE LAS PERSONAS A EJERCER EL ROL DE CUIDADORES/AS,GENERANDO OPORTUNIDADES LABORALES QUE CONTRIBUYAN AL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL

Dicha política “atiende a personas mayores con dependencia moderada o severa en sus propios hogares” y otorga un incentivo salarial a cuidadores familiares o comunitarios, lo que ha tenido un “impacto positivo en el mantenimiento de las capacidades de las personas mayores y en el reconocimiento y valorización del trabajo  de los cuidadores no regularizados” (CEPAL, 2024). Para el cierre del año 2024, este Programa alcanzó resultados significativos, llegando a un total de 334 familias y proporcionando 3.459 servicios.

Programa de Cuidados Domiciliarios

Como parte de la Estrategia de Gobierno para la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, CONAPE implementa desde 2024 el Programa de Cuidados Domiciliarios. El mismo tiene como objetivo principal establecer un modelo sostenible y eficaz de atención domiciliaria para personas adultas mayores en situación de dependencia.

A raíz de esta iniciativa, se ha creado la Dirección de Cuidados Domiciliarios en la estructura organizacional del Consejo, bajo la dependencia de su Dirección Ejecutiva. Esta nueva dirección tiene como finalidad dar cumplimiento a la Política Nacional de Cuidados de la República Dominicana, garantizando el derecho de atención integral de cuidados domiciliarios para personas mayores con dependencia que requieren apoyo especial para realizar sus actividades de la vida diaria (AVD), asegurando su permanencia en el núcleo familiar y comunitario.

Esta nueva dependencia, en colaboración con la Dirección de Comunidades de Cuidado del Programa Nacional “Supérate”, y con el aval  del Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), ha capacitado a un equipo especializado para brindar atención y servicios de calidad, destinados a este grupo poblacional en sus hogares. La iniciativa se enfoca en fortalecer las habilidades necesarias para atender necesidades específicas, garantizando un trato digno y respetuoso.

Para el año 2024, la ejecución del Programa de Cuidados Domiciliarios logró impactar positivamente a un total de 74 personas mayores, quienes recibieron servicios de cuidados de lunes a viernes en horario de 8:00 am a 4:00 pm.

Servicio de Hospedaje

Este servicio proporciona alojamiento y cuidado permanente de largo plazo, brindando atención integral a las personas mayores que califiquen según evaluación y diagnóstico especializado. Está dirigido específicamente a personas de 60 años o más que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica, familiar o médica, y que no pueden realizar de forma independiente actividades básicas de la vida diaria (ABVD) como alimentarse, asearse o movilizarse.

La implementación de este servicio se realiza  a través de distintas Asociaciones Sin Fines de Lucro (ASFL) permanentes (residencias, denominadas localmente como “asilos”) que son acreditadas por CONAPE y quienes canalizan esta demanda mediante la Dirección de Supervisión y Evaluación de Centros de Atención al Adulto Mayor del organismo.

Según estadísticas propias del CONAPE, durante el año 2024, dicha dirección de reportó un total de 48 ingresos a centros ASFL permanentes. Estos ingresos han permitido que personas mayores en situación de abandono o maltrato acceder a una calidad de vida digna, recibiendo servicios fundamentales de alimentación, salud, recreación y capacitación.

Sistema dominicano de cuidados: un modelo en progreso y permanente construcción

Los programas y servicios seleccionados por CONAPE para esta nueva edición buscan no solo proporcionar cuidados de calidad, sino también promover un envejecimiento digno, respetando la autonomía de las personas mayores y fortaleciendo los sistemas de apoyo familiares y comunitarios. A través de estos esfuerzos coordinados, el organismo contribuye a la implementación de un sistema de cuidados que busca dar respuestas a las múltiples necesidades de la población mayor del país.

El caso de la República Dominicana ofrece una experiencia concreta que articula normativas, innovación comunitaria y progresiva ampliación de servicios, con desafíos aún pendientes en sostenibilidad, cobertura y equidad de género, como ha sido evaluado por el propio CONAPE a instancias de organismos multilaterales referentes en el abordaje de la temática, como es el caso de la CEPAL.

En tal sentido, el modelo dominicano de cuidados, en este caso dedicado a la población mayor, no solo contempla la cobertura institucional, sino también la participación activa de las familias en los entornos residenciales. “Se reconoce que la responsabilidad del cuidado no debe recaer únicamente en la residencia, sino que la familia debe mantener un papel activo y comprometido” (CEPAL, 2024). Además, se brindan apoyos emocionales y psicológicos a las familias de las personas residentes.

Normativas, calidad y formación profesional

Desde el punto de vista normativo, se han reforzado los marcos regulatorios, los estándares de calidad, la infraestructura y la formación del personal, en consonancia con un enfoque de atención centrado en la persona y con perspectiva de derechos. Entre los aspectos destacados por  la CEPAL en el material mencionado se incluyen amanera de ejemplo: el establecimiento de ratios de personal por residente según el nivel de dependencia; la inversión en mejoras edilicias (como baños adaptados, elementos de seguridad, áreas de terapia y talleres, y espacios destinados a la recreación); y la capacitación continua que el CONAPE brinda a los equipos multidisciplinarios de las residencias, con el fin de actualizar y fortalecer sus competencias.

Por lo tanto, la República Dominicana presenta un “modelo en transición” hacia una mayor presencia y protagonismo del Estado en la provisión y regulación de los cuidados de largo plazo. Su experiencia muestra cómo es posible la articulación de procesos que suelen ir disociados en la práctica: el fortalecimiento de las capacidades estatales desde un enfoque de derechos, sin desconocer el rol y el aporte necesario de prestadores privados y comunitarios, ante la necesidad de ampliar la cobertura, mejorar la coordinación intersectorial y asegurar la sostenibilidad financiera (CEPAL, 2024).

Otra de las características distintivas de este modelo es su “flexibilidad institucional” (CEPAL, 2024), lo que permite integrar prestadores públicos, privados y mixtos, lo que resulta en una cobertura diversificada. El sistema de acreditación y supervisión del CONAPE garantiza los estándares de calidad sin importar la naturaleza del prestador.

LA EXPERIENCIA DE REPÚBLICA DOMINICANA MUESTRA CÓMO ES POSIBLE LA ARTICULACIÓN DE PROCESOS QUE SUELEN IR DISOCIADOS EN LA PRÁCTICA: EL FORTALECIMIENTO DE LAS CAPACIDADES ESTATALES DESDE UN ENFOQUE DE DERECHOS, SIN DESCONOCER EL ROL Y EL APORTE NECESARIO DE PRESTADORES PRIVADOS Y COMUNITARIOS.

Financiamiento, cobertura y sostenibilidad

Respecto al financiamiento de estas políticas y servicios, se destaca que en la República Dominicana los cuidados de largo plazo forman parte de la “asistencia social financiada a través de impuestos” (CEPAL, 2024), lo que suele ocasionar algunos riesgos estructurales, analiza Huenchuan. Los vuelve “selectivos”, con “cobertura limitada” y se dificulta alcanzar la universalidad de personas que precisen estos accesos, especialmente la atención residencial. Asimismo, los torna “vulnerable a recortes presupuestarios y fluctuaciones  económicas”, lo cual afecta la continuidad y calidad de los cuidados. “Estas limitaciones sugieren la necesidad de un enfoque sostenible para el financiamiento de los cuidados de largo plazo, sobre todo en un escenario de rápido envejecimiento”, concluye la experta sobre este punto.

Por todo lo dicho, pese a los avances, los desafíos persisten en este ámbito de abordajes en el país y en la región. Particularmente, se pueden enumerar algunos desafíos donde la República Dominicana vienen haciendo foco: aumentar la cantidad de centros privados acreditados; avanzar hacia esquemas sociosanitarios integrados; fortalecer los servicios domiciliarios y comunitarios; y articular políticas intersectoriales con perspectiva de género, también para “el empoderamiento de las mujeres mayores”, en un contexto donde ellas presentan mayores niveles de dependencia y, al mismo tiempo, asumen los cuidados informales durante toda su vida (Gómez, Mejías y Alcántara en CEPAL, 2024).

En noviembre de 2024, CONAPE y “Supérate”, con el aval académico del INFOTEP, realizaron la primera promoción de personas cuidadoras de República Dominicana, quienes firmaron un contrato con el Consejo para ofrecer servicios de cuidados domiciliarios a través de sus hogares de día. | Fuente: CONAPE
Hacia un sistema nacional de cuidados: desafíos y visibilidad

Finalmente, la República Dominicana (al igual que otros países de la región) enfrenta el desafío de integrar sus políticas de cuidados de largo plazo para personas mayores en un Sistema Nacional de Cuidados más amplio, que contemple también a otros grupos poblacionales. En esta línea, un hito destacado es la estrategia piloto  “Comunidades de Cuidado”, impulsada por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, que busca articular a actores públicos, comunitarios y privados en torno a un modelo de gestión compartida. La iniciativa (ya en marcha) no solo responde a una necesidad urgente, sino que representa también una oportunidad para promover bienestar,  equidad e inclusión productiva. Se estima que su implementación podría generar más de 118.000 empleos, incluidos 67.740 puestos directos en el sector.

No obstante, esta integración conlleva ciertos riesgos. Tal como advierte la CEPAL, “uno de ellos es el soslayar el quehacer de las instituciones gubernamentales que tienen años de experiencia en cuidados de largo plazo”. Al respecto, el fortalecimiento del cuidado de larga duración para personas mayores en la República Dominicana requiere asegurar su visibilidad específica dentro del futuro sistema nacional de cuidado, evitando que los avances institucionales logrados (en regulación, servicios y capacidades estatales) se vean relegados frente a demandas de otros grupos, que suelen contar con mayor legitimidad pública y prioridad en la agenda política.

Nota publicada en el Boletín 33 «La Boletín N°33 «Cuidados de larga duración: Oportunos, asequibles, accesibles y de calidad. Derecho subjetivo a los cuidados y su transposición a las normativas y ecosistemas comunitarios para los cuidados» del PICSPAM.