El Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) de República Dominicana desarrolla un dispositivo de atención psicológica que evalúa procesos cognitivas y afectivas de personas mayores que lo requieran, a través de la administración de una serie de instrumentos que valoran dichas dimensiones. En una segunda instancia, de acuerdo a los resultados obtenidos, se realiza un plan de intervenciones con el propósito final de favorecer y estimular la integración y participación social de las personas mayores que transiten por este dispositivo. En la actualidad, debido al contexto de pandemia por COVID-19, las asistencias psicológicas se siguen realizando de manera virtual, mediante servicios de teleasistencia.
República Dominicana avanza de manera sostenida hacia una sociedad que tendrá una gran base de personas mayores de 60 años en los próximos años. En la actualidad esa cifra ya supera el 10% de la población total del país caribeño y se espera que, según las proyecciones de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), este grupo poblacional crezca y sobrepase los 14 puntos porcentuales en la pirámide demográfica dominicana para 2030.
De esta manera, el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) avanza de igual modo en el desarrollo de la implementación de un nuevo paradigma en sus acciones programáticas sobre las personas mayores ya que, según este organismo, el crecimiento de dicha franja poblacional impulsa consigo nuevas demandas de servicios especializados, así como la necesidad de fortalecer y optimizar los accesos en el ámbito de la justicia, de los derechos políticos, de la salud, de la educación y de las tecnologías.
El nuevo modelo de gestión que CONAPE lleva adelante se basa en un concepto de atención centrada en la persona que denomina “SECARE”, puesto que consiste en brindar Servicios, Capacitación y Recreación a las personas adultas mayores que transiten centros de atención (diurnos, transitorios o permanentes) y/o programas de organizaciones públicas y privadas acreditadas ante el Consejo, que promuevan un “envejecimiento activo, productivo, participativo y protegido” (uno de los cuatro pilares básicos que enmarca la política pública nacional gerontológica de la República Dominicana).
En este marco, CONAPE desarrolla un dispositivo de atención psicológica que conecta su accionar con el eje temática de esta edición del boletín: la soledad en las personas mayores. Dicha instancia consiste, en un primer momento, en evaluar procesos cognitivos y afectivos de personas mayores participantes y/o residentes que lo requieran. Para ello, este dispositivo administra una serie de instrumentos que evalúa dichas dimensiones, entre ellas, la función cognitiva, haciendo énfasis en la memoria y la orientación (Escala “Pffeiffer”), cuantifica posibles síntomas depresivos (Escala de “Depresión Geriátrica GDS-15”) y mide la soledad social a partir de la experiencia subjetiva de insatisfacción frente a la sociedad en la que las personas mayores viven, en términos de estilos de vida, de valores y de usos de nuevas tecnologías (“Escala Este II”).
Existe evidencia empírica que manifiesta que las soledades influyen tanto en la dimensión física como en la psicológica de las personas. Un artículo de 2018, de múltiples autores/as, en la revista de servicios sociales “Zerbitzuan” así lo evidenció mediante la sistematización de investigaciones con las que conformaron dos listados de consecuencias en ambos aspectos de la salud de una persona. Para el mencionado artículo (en el ámbito de la salud psicológica), las situaciones de soledad predicen síntomas depresivos; aumentan los problemas de sueño; empeoran el funcionamiento cognitivo y aumentan el riesgo de padecer alzhéimer; afectan las funciones cognitivas; acrecientan los problemas de salud mental; incrementan la tasa de institucionalización; elevan la mortalidad, tanto así que hay autores/as que creen que la soledad “funciona como un riesgo de salud, similar a los establecidos como factores de riesgo ‘clásicos’, como la obesidad, el colesterol, etc.”. Situaciones que en definitiva generan sufrimiento y disminuyen la calidad de vida de las personas.
Sobre esta línea, el equipo de atención psicológica de CONAPE, complementa su tarea a partir de una segunda instancia, a partir de la realización de un seguimiento que se desarrolla de acuerdo a los resultados obtenidos en las distintas pruebas y que se explicitan en un plan de intervenciones que se llevan a cabo según corresponda cada caso. Algunas de las intervenciones posibles van desde terapia cognitiva-conductual, para abordar la vinculación del pensamiento y las emociones; terapia de acompañamiento emocional, para favorecer el crecimiento personal y la toma de decisiones; rehabilitación cognitiva, que tiene como objetivo mejorar las funciones cognitivas como la memoria, la atención y el lenguaje; hasta psicoeducación familiar, una práctica para sobrellevar y comprender la situación especial que pueda presentar una personas mayor en el marco familiar; entre otras posibles.
Este conjunto de intervenciones que realiza de atención psicológica apunta a favorecer y a estimular la integración social de las personas mayores, promoviendo la incorporación a actividades y a grupos diversos, dentro de un abanico de acciones y programas por medio del “SECARE” (como terapia ocupacional, infoalfabetización, imagen positiva, entre otros) que contribuyen a la socialización y participación integral de las personas que transitan este dispositivo.
En la actualidad, debido al contexto de pandemia por COVID-19, donde las actividades presenciales y de reunión de personas se han suspendido momentáneamente, las asistencias psicológicas se siguen realizando de manera virtual, mediante servicios de teleasistencia, a través de llamadas telefónicas, videollamadas o reuniones virtuales adecuadas y oportunas a las consultas y/o necesidades de las y los consultantes.
“Mi Casa es tu Casa”
Este otro de los programas, en la órbita del CONAPE, que aborda situaciones de soledad y vulnerabilidad en personas mayores del país. Esta línea consiste en la transferencia de fondos a personas voluntarias que califiquen para el acompañamiento y cuidado de una persona mayor que no tenga hogar o tejido familiar continente, que sea dependiente, que se encuentre en estado de abandono y/o que viva sola. La finalidad de “Mi Casa es tu Casa” es apoyar las actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria de esta persona y evitar situaciones de dependencia e institucionalización tempranas.
*Nota publicada en el Boletín 21, «La soledad en las personas adultas mayores» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.