“El aprendizaje a lo largo de la vida ofrece oportunidades valiosas y significativas y se vincula de forma directa con un modelo de ciudadanía activa y democrática que anhela la participación plena de todos y todas en la sociedad durante toda la vida y no únicamente durante el periodo productivo”, enfatiza Jesús Norberto Fernández Muñoz, Jefe de Área de Envejecimiento Activo del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).

El IMSERSO brinda permanente apoyo técnico y financiero a diversas propuestas socioeducativas dirigidas a las personas adultas mayores de toda España | Fuente: IMSERSO

En 1995, la Comisión Europea definió el aprendizaje a lo largo de la vida (ALV) como “el desarrollo del potencial humano a través de un proceso sustentador continuo que estimula y faculta a los individuos para adquirir todos los conocimientos, valores, destrezas y comprensión que requieran a lo largo de toda su vida y aplicarlos con confianza, creatividad y gozo en todos los roles, circunstancias y entornos”, explicita Jesús Norberto Fernández Muñoz, en un documento realizado exclusivamente para este Boletín, junto con la colaboración de Maite del Pozo, Coordinadora de la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores y Jorge Domínguez, Jefe de área de Formación Especializada, ambos del IMSERSO.

“Se trata de procesos que se dan en diversos escenarios: aprendizajes formales ofrecidos normalmente por un centro de educación o formación con carácter estructurado y que concluye con una certificación; aprendizajes no formales, ofrecidos por centros de educación o formación, no estructurado y normalmente sin certificación; y por último, aprendizaje informales que se obtiene de actividades de ocio, de la vida cotidiana y de la interacción con el ambiente y con otras personas”, conceptualiza el funcionario.

Resulta importante destacar las características de las personas mayores en España. En su mayoría gozan de buena salud, poseen cierta seguridad económica y tienen muchas propuestas a su disposición. Por lo tanto, sostiene Fernández Muñoz, “el aprendizaje a lo largo de la vida ofrece oportunidades valiosas
y significativas y se vincula de forma directa con un modelo de ciudadanía activa y democrática que anhela la participación plena de todos y todas en la sociedad durante toda la vida y no únicamente durante el periodo productivo”.

Lo cierto es que ha habido una modificación respecto a la concepción del ocio y la recreación. Históricamente, en España, y como herencia de una sociedad industrial, se ha tenido una valoración negativa del tiempo “inútil o improductivo”, por tanto, las actividades de ALV eran comprendidas como inútiles porque no presentan a la producción económica como objetivo. “Sin embargo, en la actualidad, el ocio y la recreación son un recurso crucial para lograr un envejecimiento activo, aumentar la socialización, mejorar el apoyo social, la calidad de vida y la satisfacción”.

Asimismo, Fernández Muñoz advierte que esta nueva sociedad de la información y la tecnología ha traído nuevos riesgos de exclusión, desigualdad e inequidad a aquellas personas con dificultades de adaptarse. “Al riesgo de los analfabetismos tradicionales se unen nuevos analfabetismos, tales como el informático, tecnológico, científico, entre otros”.En este marco, “es preciso hacer mención a la formación de los y las profesionales como otro aspecto clave del ALV. Desde el IMSERSO impulsamos el Plan anual de formación especializada a través de seminarios, conferencias, congresos, talleres, jornadas o cursos presenciales a cargo de expertos en las materias a tratar. Se vienen realizando un promedio de 20 actividades al año y asiste una media de 1.500 personas”.

EN LA ACTUALIDAD, EL OCIO Y LA RECREACIÓN SON UN RECURSO CRUCIALPARA LOGRAR UN ENVEJECIMIENTO ACTIVO, AUMENTAR LA SOCIALIZACIÓN, MEJORAR EL APOYO SOCIAL, LA CALIDADDE VIDA Y LA SATISFACCIÓN

Un poco de historia

En España, en los años 70 tuvieron un papel fundamental los hogares de personas jubiladas y pensionistas. A partir de la instauración de la democracia se generó un marco político-social capaz de propiciar el desarrollo de políticas gerontológicas que ofrecieron, poco a poco, programas sociales, sanitarios, de ocio, cultura y de participación social.

En los años 80, los Centros de Educación de Personas Adultas (EPA) experimentaron un importante desarrollo, se dotaron de espacios propios y ampliaron sus contenidos y horarios.

Actualmente funcionan 2.800 centros educativos, que dependen de las 17 Comunidades Autónomas. En aquellos años también surgieron programas que todavía siguen vigentes como las Aulas de la Tercera Edad, entidades y programas de voluntariado, iniciativas intergeneracionales y Universidades Populares (UUPP), las cuales desempeñan un papel clave en la formación permanente desde una perspectiva en la que la participación es tanto un método (un medio) como un objetivo fundamental para el cambio individual y social.

La Ley Educativa LOGSE (1990) también otorgó un gran impulso para la educación de personas adultas en España. De forma complementaria el Plan Gerontológico Nacional de 1992 y los Planes Autonómicos de Mayores de las Comunidades Autónomas, desarrollados desde los Servicios Sociales, impulsaron de manera notable los programas estatales de ocio, como el Programa de Turismo del IMSERSO.

A mediados de los años 90 comenzaron a funcionar los Programas Universitarios para Mayores (PUM). En el Curso 2004-05 asistieron 15.378 alumnos y alumnas; en el curso 2006-07 ya habían ascendido a 21.581, y actualmente más de 30.000 mayores estudian ciclos de humanidades de tres años de duración.

También desde el mundo empresarial, sindical y asociativo, los cursos de preparación a la jubilación han supuesto una primera experiencia formativa para muchos trabajadores/as en un momento de importante cambio vital.

Desde hace años, en muchos centros o instituciones de carácter social (de titularidad pública o privada) se ofertan acciones de carácter socioeducativo. Algunos se diseñan y financian exclusivamente desde las instituciones públicas pero una proporción importante de los programas y actividades ofrecidas parten de la iniciativa y del patrocinio de otras organizaciones no gubernamentales y de carácter no lucrativo.

“El aprendizaje a lo largo de la vida ofrece oportunidades valiosas y significativas y se vincula de forma directa con un modelo de ciudadanía activa y democrática” | Fuente: IMSERSO

Asimismo, algunas de las iniciativas con mayor tradición en España son diseñadas o gestionadas por personas mayores asociadas, con apoyo financiero público, como el IMSERSO, y de entidades locales.

Sin embargo, aún no están cubiertos todos los entornos. Todavía quedan retos importantes para llegar a aquellas personas con dificultades o imposibilidad de salir de su domicilio, o con limitaciones de accesibilidad de distinta naturaleza.

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*Nota publicada en el Boletín 23, «Las personas mayores y el aprendizaje a lo largo de la vida» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.