En tiempos de pandemia por COVID-19, el Instituto de Previsión Social (IPS) del Paraguay creó un espacio de comunicación digital dentro del Hospital Geriátrico “Gerardo Buongermini” destinado a las personas mayores internadas. Este tipo de acciones de aprendizajes, de cuidados y mediadas por la tecnología apuntan a contener y acompañar al colectivo de mayores, sobre todo, frente al historial de brechas que poseen las cohortes más grandes al respecto.

El Paraguay se caracteriza por presentar, en términos poblacionales y etarios, una sociedad “joven” en la actualidad. Esto se da ya que su grupo de personas mayores de 60 años aún se encuentra por debajo del 10% con relación al total del país. Sin embargo, el último Censo Nacional de Población y Vivienda (2012) ya indica que esta cifra demográfica viene en ascenso sostenido desde hace algunos años. Existen, en este sentido, jurisdicciones paraguayas donde el envejecimiento poblacional ya es una realidad constitutiva de sus hogares y localidades, puesto que la cantidad de personas mayores oscila entre 36 y el 40% sobre el total de sus comunidades (ejemplos de ello son Paraguarí, Ñeembucú, Cordillera y Asunción).

En este contexto transitivo y progresivo, el país se viene proponiendo desde hace varios años avanzar sobre los índices globales respecto a la alfabetización de sus comunidades. El esfuerzo se viene realizando principalmente a partir de reformas educativas, planes estratégicos y programas nacionales o bajo cooperación internacional conducidos principalmente por la cartera nacional de Educación y Cultura. No obstante, los accesos a iniciativas educativas, en el campo de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas y en particular del grupo de las personas mayores paraguayas, sigue siendo un desafío permanente.  

Según las encuestas realizadas por el actual Instituto Nacional de Estadística del Paraguay (la ex Dirección General de Estadística, Encuestas y Censo), el Censo de 2012 estimó que el 26% de la población mayor de 65 años no sabe leer y escribir y que las personas de más de 80 años, las mujeres mayores, así como las poblaciones mayores rurales e indígenas, son las que más desventaja poseen dentro de este grupo etario. Es decir, las tasas de analfabetismo aumentan conforme a la edad y crecen cuando se trata de estos subgrupos antes mencionados.

Pese a los retos impostergables que exigen estas cifras, que se complejizan aún más si se considera el multilingüismo constitutivo del país (existen 19 lenguas indígenas, según fuentes oficiales), es posible visualizar -si se realiza un corte diacrónico-, cómo las acciones educativas desde los ámbitos formales han permitido reducir gradualmente las desventajas y la exclusión que produce el analfabetismo en todos los grupos poblacionales.

En esta línea, un complemento importante, en términos de aprendizaje a lo largo de toda la vida, son las acciones educativas no formales para sostener o mejorar el desarrollo personal (de competencias) y social (de habilidades) de las personas. Así, el Instituto de Previsión Social (IPS) del Paraguay ha creado prestaciones sociosanitarias para este sector de la sociedad orientados a tal fin. Con la implementación del Programa de Atención Integral al Adulto Mayor (PAIAM), la Dirección de Medicina Preventiva y Programas de Salud del Instituto ha impulsado servicios que apuntan a promover la autonomía y a mejorar la calidad de vida de las personas mayores que participan de ellos.

La “telemática” es el servicio de telecomunicaciones que permite la transmisión de datos informatizados a través del teléfono celular | Fuente: IPS

En tiempos de pandemia por COVID-19, las actividades que viene desarrollando el IPS en esta vía se han visto afectadas por la necesidad de mantener el aislamiento y la distancia social, en particular en acciones destinadas a uno de los grupos de riesgo que ha supuesto la evolución de este virus. Por ese motivo, los desafíos también se han orientado en fortalecer y sostener las líneas de trabajo orientadas a contener y acompañar al colectivo de mayores participantes.

De esta manera, surgió un espacio de comunicación digital dentro del Hospital Geriátrico “Gerardo Buongermini” que está destinado a las personas mayores internadas. El mismo tiene el propósito de ofrecer y facilitar el contacto con entornos familiares o cercanos, sortear el aislamiento y las dificultades que imponen algunas situaciones de salud por medio de la telemática (a través de los teléfonos celulares), sobre todo durante el tiempo que permanezca la pandemia.  

La Dirección de Hospitales del Área Central del IPS es la encargada de coordinar la implementación de este servicio de televisitas por llamadas y/o videollamadas. Este sistema se aplica a personas que deben permanecer internadas en el Hospital Geriátrico y que por criterios médicos se les ha restringido las visitas y/o acompañamiento de familiares y/o allegados/as.

Dentro de la modalidad de este servicio, la responsabilidad de la ejecución del procedimiento corresponde al jefe/a de sala y al jefe/a de servicios de internación del Hospital Geriátrico quienes realizan evaluaciones teniendo en cuenta algunos aspectos, por ejemplo: si la persona se encuentra en condiciones de comunicarse, si desea realizar la comunicación y, en ese caso, con quién y por qué vía se llevará a cabo. Si la persona internada no cuenta con teléfono celular el contacto se puede realizar desde un móvil con el que cuenta el Hospital.

En este tipo de acciones, además de emplearse un servicio sociosanitario mediado por la tecnología, se requiere del manejo del teléfono celular lo que implica aprendizajes prácticos que se vuelven significativos para muchas personas mayores que deben permanecer internadas y aisladas en el Hospital. Sobre todo, cuando se tiene en cuenta el historial de brechas digitales de las cohortes más grandes, que en ocasiones se vuelven no sólo brechas de acceso, sino también de uso y, por lo tanto, devienen en brechas de aprendizajes y de participación.

Finalmente, se destaca, dentro de las acciones educativas no formales destinadas al colectivo de mayores que atiende el IPS, un conjunto de Clubes denominados “Vida Plena” que están orientados a actividades de aprendizaje, culturales y de recreación. Todos estos dispositivos se enmarcan dentro del PAIAM, forman parte de la Red de Servicios de Salud del IPS a nivel nacional y desarrollan programas preventivos y de envejecimiento activo, tanto para personas aseguradas por el Instituto como para aquellas que no lo están.

*Nota publicada en el Boletín 23, «Las personas adultas mayores y el aprendizaje a lo largo de la vida» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.