La relevancia de la acción conjunta entre el Instituto Nacional de las Personas Mayores (INMAYORES) y la Red Nacional de Organizaciones de Personas Mayores (REDAM) mereció el reconocimiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

En agosto de 2016, tras la aprobación de la Cámara de Senadores del Parlamento, Uruguay se transformó en el segundo país, después de Costa Rica, en ratificar la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (CIPDHPM). El documento de carácter vinculante fue trabajado activamente por varios países de la región y la REDAM acompañó activamente todo el proceso de su promoción y ratificación.

A partir de este marco legal se fortaleció el vínculo entre el Ministerio de Desarrollo (MIDES), a través de INMAYORES, y las redes de personas mayores, las cuales asumieron el compromiso de sensibilizar a la comunidad acerca de los derechos planteados en la CIPDHPM y sobre las temáticas vinculadas al envejecimiento y a la vejez, promoviendo una imagen positiva e integral de esta etapa del curso de vida.

De hecho, la REDAM apoyó, en 2009, la aprobación de la Ley 18.617 y la consecuente creación de INMAYORES como órgano rector de las políticas públicas vinculadas a las personas mayores, que inició sus funciones en enero de 2012. 

Durante estos años se destacó también el trabajo entre Estado y sociedad civil tras el funcionamiento de un Consejo Consultivo, integrado por distintos actores públicos y representantes de la sociedad civil: 2 por REDAM y uno de la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (ONAJPU).

El reconocimiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA)

En febrero de 2020, en el marco de la VII Edición del Premio Interamericano a la Innovación para la Gestión Pública Efectiva 2019, la acción articulada entre INMAYORES y REDAM mereció un Reconocimiento Especial de la OEA a la promoción de la participación de las personas mayores del Uruguay, desde la perspectiva de la protección de los derechos humanos.

En esa oportunidad, el coordinador del premio, Hugo Inga, también especialista del Departamento para la Gestión Pública Efectiva de la OEA, resaltó la experiencia como una línea de política pública que cumple con lo establecido en la CIPDHPM, que “reconoce las especificidades locales y que tiene una enorme potencialidad para su replicabilidad en la región”.

La REDAM tuvo un rol muy activo y fundamental durante el proceso de elaboración de la CIPDHPM y en su posterior adhesión. | Fuente: helpagela.org

Las acciones de la REDAM antes y después de la CIPDHPM

“A partir de la aprobación de la CIPDHPM, nos hemos focalizado en darla a conocer, difundirla, y viabilizar la puesta en marcha de los derechos allí consagrados”, expresó Agueda Restaino, representante de la REDAM. Desde su ratificación, “al ser un marco legal, vinculante, obligatorio, nos brindó el respaldo necesario para colocar en la agenda pública temas que son trascendentales para las personas mayores, tales como el cuidado, el abuso, el maltrato, la educación, la discriminación”, puntualizó Restaino.

REDAM tuvo un rol muy activo y fundamental durante el proceso de elaboración de la CIPDHPM y en su posterior adhesión. Se destacaron los encuentros regionales y nacionales que se llevaron a cabo junto con las reuniones en diferentes ámbitos locales y la realización de tres Jornadas de Personas Mayores Parlamentarios por un Día en 2011, 2015 y 2017. “En esta última instancia, los delegados de los 19 departamentos del país, ocupamos las bancas, los dos primeros años como diputados y el tercero como Asamblea General”, señaló la representante de REDAM.

“Actualmente, nuestro mayor desafío es cumplir con los artículos 5, 6 y 7, que tienen que ver con la igualdad y la no discriminación, el derecho a la vida y a la dignidad y a la autonomía y la independencia”, aseguró Restaino, quien participó recientemente en una reunión de MERCOSUR, en donde especificó “la relevancia de garantizar la continuidad del Consejo Consultivo y la participación de las personas mayores de todos los departamentos de Uruguay en este contexto que impone la supremacía de la virtualidad”.

Las proclamas de INMAYORES y REDAM dialogan desde un marco de derechos

“Que la pandemia no invisibilice a las personas mayores en el ejercicio de sus derechos, pretendemos sensibilizar a la población sobre la responsabilidad social e individual en el cuidado de la salud de todos y todas, especialmente el de las personas mayores. Por tal razón, es preciso adoptar medidas oportunas para la prevención y actuación ante la COVID-19, así como realizar todas las acciones necesarias para el efectivo cumplimiento de sus derechos”, resaltó INMAYORES en la página web del MIDES, el pasado Día Internacional de las Personas Mayores. En tal sentido, aclara, “se impulsa a todos los organismos del Estado a actuar conforme a lo consagrado en la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, instrumento que fue ratificado por Uruguay en 2016”.

Por su parte, REDAM, destacó en su proclama: “Humanizar la vida en la vejez, una responsabilidad de todos”, en este contexto particular que “ha dejado al descubierto una imagen temerosa y discriminatoria de la vejez que niega la posibilidad de seguir creciendo una vez se cumplen los 65 años. Hoy más que nunca estamos ante una sociedad que se vuelve contradictoria, desea vivir más pero no quiere envejecer”.

Asimismo, el mensaje explicitó la necesidad de:

  • Defender los derechos adquiridos, muy especialmente los derechos de Independencia y Autonomía;
  • Promover la atención al cuidado en salud de las personas mayores atendiendo siempre a la salud integral como derecho y con especial cuidado en la calidad de vida;
  • Respetar la igualdad y la no discriminación por razones de edad;
  • Reivindicar la necesidad del Sistema de Cuidados domiciliarios para las personas mayores, muy especialmente en estos tiempos;
  • Promover espacios educativos, culturales, sociales y recreativos para la integración social de las personas mayores;
  • Reivindicar la continuidad del Plan Ibirapitá con la presencia de los instructores para enseñar el uso de los dispositivos;
  • Exigir políticas públicas estatales abiertas con los recursos materiales y humanos necesarios, abocados a la atención de las personas mayores;
  • Mantener contacto continuo con INMAYORES reivindicando la participación de las personas mayores como interlocutores válidos para la elaboración de las políticas públicas relativas a envejecimiento y vejez.

*Nota publicada en el Boletín 22, «Reflexiones, logros y desafíos: a 18 años del Plan de Acción Mundial sobre el envejecimiento de Madrid y a 5 años de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores» del Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores.